Los problemas en Venezuela se deben solucionar a través del diálogo, señalaron diez premios Nobel de la Paz en una Declaración sobre la Crisis Humanitaria en el país caribeño difundida el lunes a los medios de comunicación.
"El diálogo debe ser la vía para resolver las diferencias, pero para ello se necesita una sincera disposición que vaya mucho más allá de las declaraciones de ocasión que persigan como objetivo fundamental ganar tiempo y desorientar a la opinión pública", expresa el texto.
Entre los premios Nobel de la Paz firmantes figuran el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos (2016), la periodista yemení Tawakkol Karman (2011), el sudafricano Frederik Willem de Klerk (1993), los irlandeses Mairead Corrigan Maguire (1976) y David Trimble (1998), la liberiana Leymah Gbowee (1997), el costarricense Óscar Arias Sánchez (1987), la estadounidense Jody Williams (1997) y la iraní Shirin Ebadi (2003).
[single-related post_id="701561"]
En esa declaración también indicaron que "la represión desatada en contra de manifestaciones pacíficas (…) no puede ser tolerada por la Comunidad Internacional", e hicieron un llamado a las autoridades venezolanas a poner fin al accionar de los cuerpos de seguridad.
"El Gobierno debe poner fin a la represión, que incluye uso de gases tóxicos, equipos y armas antimotines ante manifestaciones pacíficas, cuanto antes, tomar medidas efectivas que permitan la recuperación inmediata del orden democrático", sostuvieron.Entre esas medidas mencionan la convocatoria "sin demora" de elecciones regionales, la renovación de autoridades del Órgano Electoral y medidas para evitar "el abuso de poder" por parte del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ). Además, señalan al Gobierno de Venezuela de pretender "desaplicar convenios de Derechos Humanos" y añaden que la violación de estos principios fundamentales "es un problema que afecta a la humanidad como un todo". En tal sentido, indicaron que "no se puede argumentar la no injerencia en los asuntos internos de un Estado o el respeto a la soberanía cuando la vida y la paz de todo un pueblo corre peligro". La última ola de manifestaciones en Venezuela, que han derivado en confusión e incidentes violentos, comenzó el 4 de abril. En su último conteo la Fiscalía tenía registrados 64 muertos y más de 1.000 heridos, la mayoría por armas de fuego, y entre las víctimas hay opositores, oficialistas y efectivos de seguridad. En ese lista no se incluye la muerte de Orlando Figuera ocurrida el lunes, que fue confirmada por el Ministerio Público. [single-related post_id="702084"] Figuera, un joven de 22 años, había sido quemado vivo por varias personas el 20 de mayo en una protesta. El Gobierno venezolano asegura que la oposición lleva adelante una "insurgencia armada", y por tanto el Estado tiene derecho a defenderse a través de medios legales. El ministro de Defensa, Vladimir Padrino López, asegura que las fuerzas de seguridad han respondido con un uso "legal, proporcionado y diferenciado" de la fuerza para la "contención física" de los manifestantes, y subraya que jamás se ha autorizado el uso de armas de fuego contra ellos. El Ejecutivo responsabiliza a la oposición por las muertes que se han producido desde que comenzó la última serie de protestas callejeras. Sputnik.
