El café panameño Geisha rompió su propio récord en una reciente subasta electrónica para promocionar este producto de alta gama, que se ratificó como el mejor cotizado del mundo, incluso en estos tiempos de economías deprimidas por la pandemia de Covid-19.
La empresa Pick Coffee pagó 1.300 dólares y 50 centavos por cada libra del lote "Olympus Geisha Lavado", cosechado en la finca Sophia, para hacer historia en la cata virtual internacional "Best of Panamá" (BOP-2020) al superar en 271 dólares la marca impuesta el pasado año.
Considerado "el champagne de los cafés", el Geisha es una variedad de arábica descubierta en unas montañas de Etiopía hace poco menos de un siglo, que llegó a Centroamérica y se arraigó en los suelos volcánicos de la provincia panameña de Chiriquí (oeste).
Introducido en Panamá en 1963, este cafeto de hojas alargadas se beneficia de la altitud de Chiriquí, y el resultado es un grano de apreciado por su complejidad frutal, dulce en taza, de cierta claridad y notas cítricas que lo hacen el preferido de los baristas en las grandes competencias.
Para Francisco Serracín, vicepresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Agricultura de ese emporio cafetalero, este récord responde al buen trabajo de los productores panameños, conscientes de que la calidad es garantía de competitividad en este fascinante mundo.
En diálogo con Sputnik, Serracín destacó esta iniciativa que, más allá de su impronta promocional, ayuda a conocer las tendencias de un mercado consumidor de cafés especiales, el cual prefirió durante la pasada década los resultantes de proceso naturales, y ahora parece decantarse por los lavados.
"Todo se trata de darle al consumidor lo mejor de cada país de origen", dijo el curtido caficultor, quien consideró "interesante" el trabajo desarrollado por países de Asia y África para marcar una diferencia con un producto que, a la postre, agradece el consumidor.
Lo mejor de Panamá
El esperado BOP-2020 tuvo lugar el pasado 17 de septiembre, cuando un centenar de compradores internacionales participaron durante 8 horas en la puja y repuja para hacerse con el mejor café de Panamá, con el aval de 17 jueces que cataron y certificaron las muestras.
En total fueron subastados 50 lotes (5.000 libras) del buen café panameño, la mayoría de los que partió de un precio base de 20 dólares por libra, aunque el Olympus arrancó a un récord de 142.26 dólares por libra, lo cual superó la marca vigente desde 2019.
A su vez, el segundo mejor precio fue de 1.000.50 dólares por libra, pagado por la empresa japonesa Saza Coffee por un lote de "Geisha Black Jaguar Natural Limited", cosechado en Los Pozos de Volcán y Santa Clara de Renacimiento, también en Chiriquí.
Más que maravillarse con los resultados, Serracín confirmó el potencial que tiene el café panameño para sobresalir en el mercado internacional, y las posibilidades que se abrirían para Centroamérica si los productores de la región establecieran alianzas científicas y comerciales.
"Si nos uniéramos como hacemos en el Promecafé (Programa Cooperativo Regional para el Desarrollo Tecnológico y Modernización de la Caficultura), seríamos el mayor productor de especialidad del mundo", aseveró el experto.
Café para todos los gustos
Ya sea para amanecer, desperezarse, huirle al sueño o simplemente para saborearlo, los pretextos para beber café son tan diversos como sus variedades y métodos de procesamiento y elaboración, pero el resultado casi siempre es un instante de gloria y endorfinas.
Así, mientras muchos centroamericanos lo prefieren al estilo americano, diluido hasta el abuso, en países como Cuba lo cuelan breve y fuerte, y consideran un pecado excederse con el agua o el azúcar.
Consultado sobre su método preferido, Serracín confesó que prefiere su Geisha de proceso lavado con el método de goteo V60, y el natural con un sifón japonés, aunque en dependencia del grado de tueste, no desecha el uso de una precoladora o una cafetera moca italiana.
"Al final es el consumidor, según su gusto, quien decide cómo hace su café: lo importante es que lo goce", sentenció Serracín, uno de los responsables de que los cafés finos de Panamá sean sinónimo de calidad en toda conversación sobre este producto de excelencia.