En medio del creciente malestar social y económico por el alto costo de la gasolina y el diésel en Colombia, Luis Fernando Velasco, exministro del Interior durante el gobierno de Gustavo Petro, ha presentado una propuesta innovadora para abordar esta problemática. En una carta enviada a los actuales ministros de Hacienda, Transporte, y Minas y Energía, él expone una visión alternativa para resolver el conflicto de precios de combustibles que ha causado preocupación entre los colombianos.
El exministro critica la fórmula actual de fijación de precios, conocida como "Chiqui Valenzuela", que determina que el barril de petróleo extraído del subsuelo colombiano se pague a precio internacional. Según él, esta fórmula genera una injusticia económica al establecer que los costos reales de producción en Colombia, que oscilan entre 26 y 28 dólares por barril, se comparen con precios internacionales que superan los 70 dólares. En lo que va del año, el precio promedio se ha acercado a los 80 dólares, lo que, según Velasco, resulta en precios de combustibles locales elevados como si fueran importados.
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Luis Fernando Velasco argumenta que esta diferencia significativa entre el costo de producción y el precio de venta es la raíz del problema que afecta a los consumidores colombianos. La fórmula actual, señala, no solo sobrecarga a los ciudadanos con precios más altos, sino que también impacta negativamente en la economía nacional.
El exfuncionario reconoce que la administración de Gustavo Petro ha señalado que el subsidio a los combustibles, bajo la fórmula vigente, está afectando la capacidad del Estado para realizar inversiones sociales. En respuesta a esta situación, Velasco propone una alternativa que podría equilibrar las necesidades del mercado y la política fiscal: la implementación de un impuesto progresivo al petróleo.
La propuesta de Velasco sugiere que, en lugar de depender de la fórmula de precios internacional, se podría establecer un impuesto que varíe en función de la ganancia obtenida por la extracción y comercialización del petróleo. Este impuesto progresivo, según Velasco, permitiría mantener precios asequibles para los consumidores al tiempo que generaría ingresos adicionales para el Estado, ayudando a cubrir las necesidades de inversión social sin comprometer el bienestar económico de los colombianos.
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La propuesta de Velasco llega en un momento crítico, con el país enfrentando un descontento creciente debido a los altos costos de los combustibles y la presión sobre el gobierno para encontrar soluciones viables. Su visión ofrece una alternativa al actual sistema de fijación de precios, buscando una solución que beneficie tanto a los consumidores como al Estado.
Mientras se espera la respuesta de los ministros a la propuesta de Velasco, la discusión sobre cómo abordar los altos precios de los combustibles en Colombia continúa siendo un tema de gran relevancia y urgencia.