
Un nuevo choque político se produjo entre el presidente Gustavo Petro y el exalcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, esta vez por cuenta de una propuesta lanzada por el jefe de Estado durante el inicio de las obras del Regiotram de Occidente en Facatativá. Petro sugirió que el Ministerio de Transporte debería asumir la compra de los buses de Bogotá —incluso los de la carrera Séptima— para redirigir esos recursos hacia la construcción de un tranvía que conecte directamente ese municipio con el centro de la capital.
La propuesta no tardó en generar reacciones. Enrique Peñalosa, una de las voces más influyentes en los temas de movilidad en Bogotá y fuerte crítico del presidente, reaccionó con dureza a través de su cuenta en X (antes Twitter). “Son asombrosas las bobadas que dice, de llorar”, escribió el exalcalde, señalando no solo la supuesta inviabilidad técnica de la propuesta, sino también el desconocimiento del presidente sobre la ciudad que gobernó entre 2012 y 2015.
¿Qué propone Petro?
Durante su intervención en Facatativá, el presidente explicó que su intención es aprovechar los recursos que actualmente están comprometidos para la compra de buses —un gasto a cargo del distrito— y destinarlos a un sistema tranviario que conecte los municipios de la Sabana con Bogotá. Según Petro, este modelo permitiría establecer una movilidad más sostenible, rápida y digna, en beneficio de más de 130.000 personas que a diario enfrentan congestiones viales que prolongan sus trayectos hasta por tres horas.
“Esto tiene que quedar en vigencias futuras con contrato firmado este mismo año, para que sea irreversible”, insistió Petro, buscando dejar un legado ferroviario antes del cierre de su mandato. Añadió que el tranvía también tendría un papel estratégico en garantizar la sostenibilidad del agua en la región, aunque no especificó cómo.
Las críticas de Peñalosa
El exalcalde Enrique Peñalosa respondió con una batería de críticas. En primer lugar, cuestionó el trazado sugerido por Petro. “La ruta de Facatativá al centro no tiene nada que ver con la Séptima, no pasa por ahí, nada. Después de haber sido alcalde, ¡ni conoce a Bogotá!”, disparó el exmandatario distrital. Además, afirmó que el Regiotram de Occidente —proyecto ferroviario que ya está en marcha— fue contratado mucho antes de la llegada de Petro a la presidencia, pero ha mostrado poco avance desde entonces.
Peñalosa también acusó al gobierno nacional de no tener la capacidad de ejecutar la propuesta. “Obviamente ustedes no van a comprar buses, ni a hacer tranvías, NADA. Mentiroso, incompetente, hablador de carreta politiquera”, sentenció, en uno de los mensajes más duros que ha lanzado recientemente contra el presidente.
Visiones opuestas sobre la movilidad
Este nuevo episodio se suma a una larga lista de enfrentamientos entre Petro y Peñalosa, quienes representan dos modelos radicalmente distintos sobre la movilidad urbana en Bogotá. Mientras Petro ha defendido históricamente el transporte férreo y masivo como los tranvías y metros subterráneos, Peñalosa ha sido impulsor del sistema TransMilenio y defensor del modelo de buses articulados como solución rápida y eficaz para la ciudad.
En este contexto, la propuesta de Petro es vista por sectores técnicos y políticos como un gesto más simbólico que estructural. Críticos señalan la falta de estudios técnicos, la confusión en los trazados sugeridos y las dudas legales sobre si la Nación puede asumir competencias del Distrito como la compra de flotas de buses.
¿Una propuesta viable?
Pese a las promesas de sostenibilidad y conectividad, la iniciativa presidencial enfrenta un camino empinado. Desde lo legal, aún no está claro cómo el gobierno nacional podría comprometer vigencias futuras para una obra que no ha sido aprobada ni estructurada. En términos económicos, el costo de adquirir flotas enteras de buses para luego redirigir los recursos a un tranvía podría poner en riesgo otras inversiones estratégicas.
El debate apenas comienza, pero una cosa es clara: la movilidad en Bogotá sigue siendo un campo de batalla político. Y en ese terreno, la confrontación entre Gustavo Petro y Enrique Peñalosa promete seguir siendo uno de los ejes centrales de la discusión pública.