Alberto Fernández enfrentará a partir de este martes una situación económica delicada, en la que la pobreza del país supera el 40% y la desocupación es mayor al 10%.
Como si esto fuera poco, Argentina tiene que pagar vencimientos de deuda por USD 52 mil millones en el próximo año, casi un 15% del PBI.
Ante la imposibilidad de afrontar esos pagos, existen dos opciones: la reestructuración de la deuda, o que se declare el default y el consecuente cese de pagos. En principio, todo indica que Martín Guzmán, el ministro de Economía designado por Fernández, optará por renegociar y reestructurar la deuda con los inversionistas.
En cuanto al FMI, existen intereses mutuos ya que para el FMI es importante que a Argentina le vaya bien. Ha puesto mucho en juego no sólo por la cantidad de dinero que le ha prestado (USD 56 mil millones, el préstamo más alto de su historia), sino también porque está en tela de juicio su reputación.
El rol de Guzmán será importantísimo, sobre todo porque en campaña Alberto Fernández criticó mucho al FMI por haber "financiado la reelección de Macri", y hasta declaró que los préstamos disimulaban que la Argentina ya estaba en default.
[single-related post_id="1224451"]
De hecho, este lunes Fernández advirtió que hay un “enorme riesgo de default”. Si bien no parece probable, habrá que esperar si el Gobierno entrante prefiere declarar el default y la cesación de pagos, e ir a una renegociación de la deuda con los fondos privados que implique no pagar en los primeros años de su administración. Si hay una cesación de pagos, también habrá una renegociación con el FMI.
Sería una forma de mostrar que la situación en la que Macri deja el país es desastrosa, sólo que estaba disimulada por los desembolsos del FMI, una mirada muy crítica de lo heredado y que da cierto sentido a la falta de una transición más ordenada con la administración saliente.
Por otro lado, la inflación parece improbable que baje (actualmente en torno al 55%), dado que Fernández ha insistido en varias oportunidades en la necesidad de “reactivar el consumo”, y que para eso es necesario "poner dinero en el bolsillo a la gente".
[single-related post_id="1224371"]
De estas declaraciones se desprende que difícilmente el gasto público baje sino todo lo contrario, y que eso será financiado en parte con emisión monetaria.
Según especialistas, la emisión de pesos podría derivar en más demanda de dólares, y que eso a su vez se traslade a los precios de bienes y servicios. Para hacer frente a esos aumentos potenciales, Fernández planea negociar un acuerdo de precios y salarios y así evitar que se dispare la inflación. Una suerte de “pacto social” con los distintos sectores de la sociedad.
Además, se estima que se aumentarán los impuestos para quienes cobren los sueldos más elevados, a quienes tengan dinero en el exterior, y que se aplicarán retenciones al sector exportador.
Existe una desconfianza generalizada de los mercados porque no creen que el plan económico sea consistente. Hasta que no se empiecen a notar mejoras en términos pobreza, empleo e inflación, es probable que el pesimismo continúe.
Los retos de Alberto Fernández al frente de Argentina
Mar, 10/12/2019 - 12:23
Alberto Fernández enfrentará a partir de este martes una situación económica delicada, en la que la pobreza del país supera el 40% y la desocupación es mayor al 10%.
Como si
Como si