La navidad del político italiano Luigi De Franis está muy lejos de ser feliz; el hombre pasa por estos días decembrinos los momentos más difíciles de su carrera burocrática. Los medios, la sociedad y la justicia lo tienen en la mira por cuenta de sus cuestionadas maneras de proceder.
La desgracia para De Franis, consejero de cultura de la región italiana de Los Abruzos, inició cuando la fiscalía de Pescara lo empezó a investigar por una serie de sobornos que el político habría entregado a unos operadores culturales de la región.
Tras las primeras investigaciones el ente acusador italiano encontró que Luigi De Franis era uno de los responsables de la entrega de los dineros calientes, sin embargo, prendió el ventilador e involucró a políticos, instituciones y sociedades en el escándalo, esta colaboración con la justicia lo salvó de la cárcel y lo llevó al arresto domiciliario.
Pese a que parecía que la marea del escándalo bajaba, el hilo conductor de la investigación en el tema de los sobornos llevó a los investigadores a la casa de Lucia Zigarello, la secretaria de este político, pues era sospechosa de ser cómplice en el caso de corrupción.
Sin embargo, en el domicilio de esta mujer de 32 años se encontró un documento quizá más sorprendente.
Los investigadores encontraron un contrato en el que Luigi De Franis obligaba a su secretaria a tener sexo con él, al menos cuatro veces al mes.
Zigarello, quien recibía por este vínculo laboral 35.000 euros anuales, explicó al fiscal del caso que De Franis la obligó a firmar este polémico contrato. “Estaba obsesionado conmigo (De Franis), me obligó a firmarlo y yo no pude rechazarlo, tenía miedo”, aseguró.
Las interceptaciones telefónicas hechas al señalado político sorprendieron aún más, el hombre pedía a su secretaria estar siempre dispuesta y guapa para cumplir con su contrato sexual, “Vas, fichas y luego sales para ponerte guapa”.
Este escándalo recuerda a los italianos, y al mundo, las aventuras amorosas de Silvio Berlusconi que terminó este año expulsado del senado, además, condenado por fraude fiscal y prostitución de menores.
Pese a que parecía que la marea del escándalo bajaba, el hilo conductor de la investigación en el tema de los sobornos llevó a los investigadores a la casa de Lucia Zigarello, la secretaria de este político, pues era sospechosa de ser cómplice en el caso de corrupción.
Sin embargo, en el domicilio de esta mujer de 32 años se encontró un documento quizá más sorprendente.
Los investigadores encontraron un contrato en el que Luigi De Franis obligaba a su secretaria a tener sexo con él, al menos cuatro veces al mes.
Zigarello, quien recibía por este vínculo laboral 35.000 euros anuales, explicó al fiscal del caso que De Franis la obligó a firmar este polémico contrato. “Estaba obsesionado conmigo (De Franis), me obligó a firmarlo y yo no pude rechazarlo, tenía miedo”, aseguró.
Las interceptaciones telefónicas hechas al señalado político sorprendieron aún más, el hombre pedía a su secretaria estar siempre dispuesta y guapa para cumplir con su contrato sexual, “Vas, fichas y luego sales para ponerte guapa”.
Este escándalo recuerda a los italianos, y al mundo, las aventuras amorosas de Silvio Berlusconi que terminó este año expulsado del senado, además, condenado por fraude fiscal y prostitución de menores.
