‘Papá Pitufo’ tiene 55 años de edad, una espesa barba blanca que jamás se ha quitado y unos anteojos a los que les debe la posibilidad de distinguir figuras a una buena distancia. Toda su vida ha sido agricultor en su natal Buenavista (Michoacán). Tiene una huerta de la que cosecha limón y melones, y un terreno apropiado para criar ganado. Suele andar con un rifle calibre 22 que sabe usar con destreza porque desde los 19 años ha practicado cacería. Con su arma ha abatido venados, conejos, coyotes que atacan a sus reses, iguanas y recientemente criminales.
A Estanislao Beltrán sus compañeros de guerra le dicen ‘Papá Pitufo’ porque es el más anciano de los comandantes y fundadores de las autodefensas michoacanas. Esta semana cumplieron un año de cacería contra los bandidos.
Buenavista es uno de los caseríos de un valle árido y seco conocido como Tierra Caliente, en el centro-oeste del estado mexicano de Michoacán. La región arde no solo por la temperatura -que puede alcanzar hasta los 50°C- sino por el castigo insistente de carteles del narcotráfico que desde hace más de una década han impuesto su dominio a sangre y fuego.
La era de terror fue impuesta por Los Zetas inicialmente. Cuando eran el coloso delictivo más temido en México, instauraron en Michoacán unas reglas de tributo y miedo que les fueron posteriormente arrebatadas por otra banda del narcotráfico: La Familia Michoacana. Entre 2008 y 2011 dominaron la región hasta que empezaban a caer varios de sus cabecillas y el grupo se fracturó. En su lugar surgió otro colectivo del terror llamado Los Caballeros Templarios, que anunciaron su nacimiento ahorcando y dejando colgando en puentes a algunos de sus enemigos.
En Tierra Caliente, los Caballeros Templarios impusieron su orden y voluntad. Exigían a los rancheros, agricultores, comerciantes y empresarios que les pagaran altos impuestos y les vendieran sus productos solo a ellos, quienes servían de intermediarios y definían los precios aunque estos parecieran irrisorios.
Estanislao Beltrán fue víctima de ellos. Le extorsionaban con altas sumas de dinero y ante cualquier intento de negativa, le amenazaban con tortuosas muertes. A varios de sus vecinos les pidieron a las mujeres y niñas de la casa como forma de pago del impuesto. Si los señores de la casa se negaban, un grupo de sicarios lo asesinaban frente al resto de su familia.
“Ya no éramos libres. Prácticamente éramos sus esclavos. Llegó el momento en que tuvimos que decir: ¡basta ya!”, le dice a KienyKe.com el líder y vocero de las Autodefensas de Michoacán, Estanislao Beltrán, a quien todos llaman ‘Papá Pitufo’.
El 24 de febrero de 2013 un grupo de rancheros, liderado por ‘Papá Pitufo’, el agricultor Hipólito Mora y el médico José Mireles, decidieron tomar las armas y combatir a sus enemigos. En una asamblea privada citaron a las víctimas de los Templarios, les dijeron que no podían seguir confiando en la policía que estaba comprada por el narco, y que entre todos podrían expulsar a los criminales de sus tierras. Comenzaron 50 hombres.
“La policía era el brazo armado principal que tenían los Caballeros Templarios. La policía municipal, que eran la encargada de proteger al pueblo, era la que nos masacraba, la que nos mataba”, denuncia Beltrán quien indica que hasta los impuestos estatales los cobraban los delincuentes, lo que para él indica que el poder político también estaba capturado.
KienyKe.com logró también contactar a otro de los fundados de estos grupos que se consideran colectivos paramilitares en México. Hipólito Mora también es agricultor, desde los 18 años de edad, y vive en La Ruana, un poblado ubicado a 20 minutos a caballo de Buenavista.
Es productor de limón y aguacate en un terreno muy cercano al casco urbano. Confiesa que logró salvarse al comienzo de las ‘vacunas’ de los Caballeros Templarios, pero su terquedad estuvo a punto de matarlo. “Yo no me iba a dejar extorsionar y ese sería el motivo por el que me iban a coger. Yo solo no hubiera podido contra esos bandidos. Cuando alguien hacía algo contra ellos, ellos lo buscaban, lo torturaban, lo destrozaban y entregaban el cadáver en una bolsa de plástico”.
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Beltrán y Mora aseguran que su movimiento de autodefensas armadas surgió por necesidad. “Estábamos obligados a tomar las armas y defendernos porque nos estaban matando a mucha gente. Se apoderaron de nuestras fuentes de trabajo, manejaban el mercado y la justicia. Hoy, los primeros pueblos que nos levantamos, ya estamos tranquilos y libres”, dice el comandante Mora. Hipólito Mora (izq.) con Estanislao Beltrán 'Papá Pitufo' (Der.), los dos máximos líderes de las Autodefensas de Michoacán. ‘Papá Pitufo’ incluso añade que son un movimiento de limpieza. Están solamente enfocados en acabar con los carteles del crimen y narcotráfico que los sometieron por años. “Vamos a limpiar los 113 municipios de Michoacán. Es una lucha del pueblo. Si hemos avanzado es porque el pueblo está con nosotros. Ya los tenemos debilitados, y en algunos municipios los hemos espantado sin utilizar un solo tiro. Ahora vamos por la cabeza de los principales líderes: Nazarino Moreno ‘El Chayo’ (que el gobierno ha dado por muerto), Servando Gómez ‘La Tuta’, y Enrique Plancarte.” Cuando comenzaron, las batallas con los Caballeros Templarios eran sangrientos combates de horas, con un grupo criminal que contaba con modernas armas y explosivos, y un colectivo de campesinos que acaso tenían escopetas calibre 22. Las primeras victorias de estas autodefensas las consiguieron cuando superaban ámpliamente en número de los narcos. Les daba ventaja también el que conocieran el terreno de sus ranchos. Para finales de 2013, su agrupación armada civil contaba con al menos 10 mil voluntarios armados. Estanislao Beltrán declara que actualmente ya usan armas de mayor calibre, incluso fusiles de asalto AK-47, AR-15, ametralladoras MG3 y revólveres, que les quitaron a los delincuentes que abaten en sus combates. “En las casas de seguridad de los Caballeros Templarios hemos encontrado 50 o 100 rifles de asalto con cartuchos. Otras veces, los cobardes salen corriendo y dejan tiradas sus armas. También las camionetas y los carros que les hemos decomisado los estamos usando”, confiesa ‘Papá Pitufo’. El periodista de la Revista Proceso, especializada en temas de narcotráfico y crimen, José Gil, dice en cambio que algunas de las armas que obtienen los grupos ‘paras’ provendrían del mercado negro. “Vienen de Centroamérica y Estados Unidos. En México como en toda América Latina hay un fuerte mercado negro de armas. Acá se comercializan fácilmente, sin problema y de manera irregular”. Las autodefensas civiles de Michoacán han adquirido armamento de alto calibre, apto para cualquier guerra. Gil añadió que esos grupos han aparecido en los últimos meses en al menos ocho estados. Michoacán tendría el grupo de autodefensa más organizado de todo el país, capaz de repeler a un grupo criminal. “Ellos mismos se autofinancian. No crea que son campesinos pobres; son gente que tienen dinero porque exportan productos a Europa y Estados Unidos. Y Michoacán es el estado que tiene más migrantes en Estados Unidos y desde allá mandan mucho dinero a sus comunidades para que se defiendan. Tampoco hay ninguna subvención –que se conozca- de otros grupos criminales que estén financiándolos. Son solo civiles”, dice el escritor a KienyKe.com. Pero recientemente algunos de esos grupos, especialmente el de Michoacán, sí han recibido cooperación por parte de las autoridades estatales y federales. “Desde hace dos meses estamos trabajando en coordinación con los federales, la policía y los militares. Nos coordinamos en cuanto a información para la captura de los principales líderes de los Caballeros Temparios”, asegura ‘Papá Pitufo’. En ese estado del centro de México el ejército y la policía han visto que los pobladores armados han conseguido lo que ellos, con entrenamiento e inteligencia, no habían logrado: espantar a los maleantes. Pero es una bomba de tiempo que ya le ha sido advertida a las autoridades nacionales. No es correcto que grupos civiles armados, con tendencia paramilitar, se tomen la justicia por su cuenta e impongan el orden bajo la complacencia del Estado. El Gobierno Federal trató, hasta hace un mes, quitarle las armas a los grupos de autodefensas civiles en Michoacán. No hubo un resultado favorable debido a la movilización del pueblo que impidió el desarme, argumentando que daría pie al regreso de los Caballeros Templarios. Para evitar una crisis peor, las autoridades optaron por tratar de “regularizar” a los ciudadanos armados bajo una figura llamada “Cuerpo de Defensa Rural”. Los militantes deben registrar sus armas y prometer respetar la superioridad de los cuerpos armados del Estado.*****
El fenómeno de los civiles armados en México, especialmente en Michoacán que tiene el ejército más grande de ciudadanos contra-narcotraficantes, parece salirse de las manos al poder federal. Se han conocido imágenes de mujeres formando con fusiles en plazas públicas, dispuestas a combatir a los carteles. Pero peor aún, se conoce de menores de edad con armas que acompañan las caravanas de las autodefensas en la cacería del enemigo. Revista Proceso detalló el caso de un niño de 14 años de edad que tiene el alias de ‘La Kika’. Hasta hace unos meses había sido miembro de los Caballeros Templarios pero se “cambió de bando” y hoy milita con los civiles. “Empuñando su juguete favorito, un AR-15 con culata y cañón recortados, de tamaño perfecto para sus pequeñas manos (…) Este autodefensa de 14 años les arranca risotadas a los mayores cuando trata de montar una mula que estaba amarrada bajo un árbol, cuando cerrojea una pistola y cuando manda 'a la verga' a los que se burlan de su falta de elocuencia”, reseña el artículo. Se ha conocido que menores de edad estarían integrando las filas de las Autodefensas. El fenómeno de reclutamiento de menores ha sido denunciado especialmente por grupos del narcotráfico. Este tipo de preocupaciones las expresa también José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal, una ONG independiente que considera que “el gobierno Federal juega con fuego” al no detener la aparición de estas fuerzas paraestatales. “Pero estos grupos surgen por el hartazgo de la población por la pérdida de capacidad del Estado mexicano de castigar a los violentos”. Ortega dice que en su país hay un temor latente porque su situación se termine asemejando a la de los grupos paramilitares de Colombia. “Tememos que con el tiempo suceda lo mismo que con las autodefensas de Colombia, que dominaron regiones y se permearon del mercado del narcotráfico”. Actualmente, según confiesa el director de la ONG, no se conoce cuántos grupos de autodefensas hay en México, aunque se conozca de algunas policías comunitarias (que también son armadas) y operan bajo la legalidad en el estado de Guerrero. KienyKe.com contactó al comandante de esta policía civil, legalizada desde hace 18 años. Eliseo Villar, líder de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias de Guerrero, dijo que se diferencian de los nuevos grupos de autodefensas por el hecho de ser legales y tener estatutos claros de conducta. Su corporación está amparada en el derecho de comunidades indígenas y autóctonas de defenderse. Ellos hacen operativos, combaten al crimen, apresan a delincuentes y los ajustician. “Tenemos a varios líderes de los carteles y la delincuencia organizada detenidos, varios vehículos decomisados y ellos no afectan a nuestras comunidad, aunque nos amenazan mucho”, detalla. El ejército, según denuncia Villar, estaría tratando de sabotear su operación para controlar el dominio del orden público y recuperar la autoridad, pues los pobladores no la reconocen en las fuerzas estatales.*****
Eliseo Beltrán, ‘Papá Pitufo’, dice ser el trofeo de los principales cabecillas de los Caballeros Templarios al punto que a diario es amenazado de muerte. “Me mandan mensajes diciendo que tienen identificada a mi familia y mis movimientos. Yo les digo que estoy dispuesto a todo, que vengan por mí”. Por estos días en Tierra Caliente están de fiesta por el primer año de haber fundado su grupo de autodefensas. Con una misa acompañada por cientos de hombres y mujeres armados, los pobladores de La Ruana hicieron un “exorcismo” simbólico para sacar de la iglesia una figura del capo ‘El Chayo’ de los Templarios, cuyo retrato había sido puesto por los criminales hace 12 meses al lado de la estatua de la virgen de Guadalupe, para que el pueblo entero lo adorara. Evento conmemorativo del primer aniversario de las Autodefensas en Michoacán. Actividades religiosos y culturales se desarrollaron en la población de La Ruana, en Tierra Caliente. El acto también sirvió para dar un mensaje de unidad armada y de resistencia civil. “Inventan que estamos divididos, pues les digo que estamos más unidos que nunca. Inventan que yo fui parte del Cartel, pues quiero decirle que jamás he pertenecido a los criminales. Odio a los criminales. Mi pueblo me quiere. Soy solo un trabajador, un ingeniero agrónomo que me he dedicado a producir. Antes soy su víctima”, dice ‘Papá Pitufo’. -¿El gobierno Mexicano les está patrocinando? ¿Les ha pedido ayuda? -No ayudamos a nadie. Nosotros nos defendemos a nosotros. Somos pura gente de trabajo. Nos hemos coordinado con el ejército para los operativos, pero no somos paramilitares. -¿La policía o el ejército los entrenan? -Nosotros por naturaleza somos cazadores. Somos gente de campo, que vamos a cazar. Sabemos usar el arma y lo que nos interesa es proteger a nuestras familias y proteger a nuestro pueblo. Nosotros peleamos con coraje. -¿Están cerca de su objetivo? - Creo que ya vamos terminando, en poco tiempo. -¿Cuándo caigan los cabecillas de los Templarios, entregarán las armas? -Siempre hemos estado dispuestos. Tenemos la voluntad que hasta nos incorporamos a las Defensas Rurales, lo que nos da estatus legal. ‘Papá Pitufo’ insistió en varias oportunidades de esta entrevista que entraron en la guerra por las circunstancias. La abandonarán cuando hayan vencido, y dicen que están muy cerca de ello. Estiman, incluso, que en un año ya tendrán controlado todo Michoacán y los cabecillas de los Templarios ya habrán caído. Luego, prometen, se reinsertarán a la vida civil: “Ya estamos cansados. Queremos regresar a nuestro trabajo y hogares”. Twitter: @david_baracaldo