El famoso componente X, ultra secreto, de la Coca-Cola es quizá el tesoro mejor guardado del mundo.
Pese a que muchos consideran que dicho componente es una estrategia que responde a una exitosa campaña de marketing de la compañía estadounidense, y que no existe, lo cierto es que se ha hecho hasta lo imposible por saber de qué se trata.
El misterio es de tal tamaño, que ni siquiera los trabajadores de la compañía -incluyendo los altos ejecutivos- saben qué es.
Lo poco que se conoce al respecto, lo único que hace es darle fuerza al mito.
KienyKe.com estuvo en la planta de Coca-Cola FEMSA en Tocancipá, la más grande de Latinoamérica, tratando de develar el secreto. Fue imposible.
"Hasta yo quisiera saber de qué se trata", dijo a este medio Juan Carlos García, gerente de la planta.
"Desde la planta de Manaos en Brasil, nos llegan dos contenedores gigantescos de color blanco, de 250 kilos cada uno, marcados como componente 1 y 2. Acá en la planta lo que hacemos es agregarle otra mezcla, gasificarla y embotellar", dice con una sonrisa misteriosa.
Los trabajadores de la planta (245) tampoco tienen pistas al respecto. Se ríen con picardía, pero dicen desconocer el contenido de esas gigantescas canecas que llegan periódicamente al lugar.
El lugar donde se realiza la mezcla del enigmático jarabe, carece de misterio.
Es un espacio amplio, iluminado y visible. Sin embargo lo que sucede en el interior de aquellos tanques es todo un enigma. Coca-Cola se limita a decir que lo que allí sucede es un fórmula mágica donde se producen un "sabor de fantasía que es igual en Colombia, París o China". Por cada litro de Coca-Cola, se requieren dos de agua.
Ese sabor de fantasía del que habla Coca-Cola, se produce en masa y a velocidades increíbles.
Por poner solo un ejemplo, cada hora se producen 18 mil botellas de la gaseosa de tres litros; es decir que al día se producen 432 mil, y al año 157.680.000 botellas de Coca-Cola de tres litros.
