Colombia y Venezuela, de las horas contadas de Duque a restablecer las relaciones con Maduro

Vie, 29/07/2022 - 12:47
La noticia del restablecimiento de las relaciones entre Colombia y Venezuela han generado un buen número de reacciones. Una movida en la que Iván Duque ha quedado en el medio.

El anuncio del restablecimiento de las relaciones bilaterales entre Colombia y Venezuela a partir del próximo 7 de agosto, con la posesión de Gustavo Petro como presidente de la República, cambia radicalmente la forma de hacer las cosas entre ambos países de cara a los próximos años. Además, representa un duro golpe para el gobierno de Iván Duque, que no tiene relaciones diplomáticas formales y de hecho ni siquiera reconoce la autenticidad del gobierno de Nicolás Maduro. 

Para ser más exactos, el 1 de febrero de 2019, el presidente Duque pronunció la famosa frase de que “a la dictadura” de Venezuela le quedaban “las horas contadas”, inspirado en el apoyo de numerosos países al denominado presidente interino, Juan Guaidó. Sin embargo, desde entonces, han pasado más de 30.570 horas

El dato es proveniente de un portal anónimo que empezó a funcionar justo después de la declaración del presidente, llevando un conteo preciso de las horas, minutos y segundos que han pasado “desde que Iván Duque dijo que a la dictadura de Nicolás Maduro le quedaban horas”. Mismo en el que se recuerda que el presidente de Venezuela lleva 3388 días en el poder, hasta este 29 de julio.

Declaraciones que hoy, a pocos días de salir de la presidencia, Duque asegura que no debió haber dicho porque 'uno debe tener un margen' y confesó que fueron palabras apresuradas que le salieron 'del alma'. 

Iván Duque

No obstante, fue en este mismo medio en el que se resaltó que uno de los grandes perdedores del triunfo de Gustavo Petro era Juan Guaidó, teniendo en cuenta que desde el momento uno de su triunfo el nuevo presidente de Colombia buscó contacto con su homólogo venezolano para restablecer las deterioradas relaciones diplomáticas. 

Un guiño que fue correspondido en su momento por el propio Maduro, quien le envió su felicitación a Gustavo Petro tras el triunfo del 19 de junio, asegurando que “nuevos tiempos se avizoran” para Colombia. Calificando además como “histórica” la victoria electoral de la izquierda en el país cafetero. 

Respaldo que, además, fue secundado por Diosdado Cabello, quien le deseó a Petro éxitos en su administración y aprovechó para enviarle un “abrazo bolivariano” a Colombia. 

¿El fin de los problemas entre Venezuela y Colombia?

 

Los “nuevos tiempos” que avizoró Maduro, empiezan a traducirse en la práctica luego de que el canciller designado, Álvaro Leyva, confirmara que a partir del 7 de agosto se normalizarán gradualmente las relaciones diplomáticas entre ambos gobiernos. Lo cual incluye el nombramiento de embajadores mutuos, entre otros funcionarios diplomáticos y consulares. 

“Inspirados en la gesta histórica del libertador Simón Bolívar, hemos reafirmado los lazos históricos de hermandad, complementariedad y cooperación que unen a nuestros pueblos”, fueron las palabras del canciller colombiano tras la reunión en Táchira con el ministro del poder popular para las relaciones exteriores de Venezuela, Carlos Faria.

“El futuro que viene será mejor, de reencuentro de nuestros países”, dijo Nicolás Maduro sobre dichos anuncios.

Cabe recordar, que todo este lío diplomático extiende sus raíces a las tensas situaciones que se han vivido entre Nicolás Maduro e Iván Duque en los últimos años, empezando por el protagonismo del mandatario colombiano en la lista de países que no reconocieron la posesión del presidente venezolano, acontecida el 10 de enero de 2019. 

De hecho,  en febrero de 2019 Nicolás Maduro expulsó a los funcionarios diplomáticos colombianos, dándoles 24 horas para abandonar su territorio en medio de las tensiones que generó la operación de “ayuda humanitaria” liderada por Colombia, Brasil y Estados Unidos en la frontera. Una acción enmarcada, de paso, en el concierto de ‘Venezuela Aid Live’ y el intento de fortalecer al presidente interino Juan Guaidó. 

En aquella ocasión, medios nacionales e internacionales titularon la situación como la ‘ruptura’ de relaciones diplomáticas entre ambos países, aunque fue la misma canciller colombiana, Marta Lucía Ramírez, la que señaló que no había nada que romper en cuanto el gobierno colombiano no reconocía a Nicolás Maduro como presidente y por lo tanto no tenía relación diplomática alguna. 

“Nuestro gobierno no ha nombrado embajador allá ni reconocemos embajador de Maduro, pues su mandato terminó el 9 de enero”, dijo Ramírez. 

Desde entonces, las relaciones estuvieron marcadas por delicadas situaciones como la diáspora venezolana hacia Colombia, las políticas migratorias discriminatorias que llegaron a darse contra colombianos en territorios fronterizos, las actividades extraterritoriales de grupos criminales de ambos países, el contrabando, tráfico de personas, la dificultad para el comercio en la frontera e incluso para el paso fronterizo de personas. Algo lamentable en una zona en la que históricamente colombianos y venezolanos han convivido sin la noción de una línea divisoria.

Así las cosas, han sido pocas las señales de paz que se han dado entre Colombia y Venezuela desde 2019, en su mayoría medidas estrictamente humanitarias para aliviar el tránsito en la frontera y velar por la seguridad de los connacionales en los territorios vecinos. Aunque, por otro lado, en Bogotá el edificio de la embajada de Venezuela permanece corroído por el tiempo. 

Eso, mientras la embajada simultánea de Juan Guaidó, sin sede diplomática, tiene un canal digital abierto para “responder a las inquietudes y necesidades de los venezolanos en Colombia” vía registro consular. Mismo organismo diplomático al que el gobierno de Iván Duque mantiene, por supuesto sin éxito, la solicitud de extradición de la exsenadora Aída Merlano. 

Siendo así, parece que por fin llegarán a término las tensiones entre Colombia y Venezuela, desautorizadas además cuando Estados Unidos empezó a normalizar relaciones con el vecino país y levantar sanciones al gobierno de Maduro en busca de petróleo. Una pelea que afectó especialmente a los ciudadanos colombianos y venezolanos en la frontera, pero que incluso así nunca llegaron a verse cara a cara como enemigos.

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