La ciudadanía está indignada sin importar el color político. En los últimos días se han reiterado hechos represivos que involucran a vendedores ambulantes que aparentemente no cometen ningún delito. Las imágenes de colombianos trabajadores en el suelo, bajo custodia policial por intentar ganarse la vida de manera informal, han suscitado un debate general.
¿Es vender empanadas o helados en la calle motivo para una cuantiosa multa? Varios hechos han dado fuerza a tal cuestionamiento contra el actual Código de Policía y han elevado críticas válidas. El primero fue la multa de $800.000 pesos contra cuatro jóvenes en Bogotá por comprar empanadas en el sector de La Castellana en Bogotá. "La empanada más cara" de sus vidas, cómo lo han señalado a medios.
Los jóvenes al parecer no pueden interponer recursos contra el comparendo, pero la opinión pública discute qué tan razonable es que se imponga tal castigo a comprar una empanada frente a las numerosas modalidades que existen de una criminalidad que continúa extendida por las ciudades del país.
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A lo ocurrido en Bogotá con la multa por comprar una empanada se sumaron las imágenes que trascendieron desde Armenia, donde un vendedor de helados fue esposado por varios policías ante la mirada indignada de los transeúntes que, además de filmar lo ocurrido, no se quedaron sin expresarle a los agentes el absurdo que observaban. Una persona que sobrevive con la venta de helados tenía todo el peso de la ley encima, cuando la percepción es que los verdaderos criminales van a sus anchas.
Carlos Suárez, el internauta que denunció lo ocurrido, cuestionó: "Que contradicción, Armenia entre las ciudades con mayor desempleo en Colombia y ahora resulta que rebuscar 5000 o 10000 pesos diarios de manera honesta es un delito". En el video se puede observar cómo los armenios recriminan a los policías: "¿Es un crimen trabajar? No es un ladrón, es un trabajador, es un muchacho que está vendiendo".
Otro cuyabro le dice a uno de los policías: "Suéltelo que él no está haciendo nada". Cuando se lo empiezan a llevar a la estación, con su carro de helados, los ciudadanos se exasperan ante lo que ven y comentan "¡A él si lo agarran y a los que son ladrones no!".
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Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) 48% de la población colombiana vive en la informalidad. La cifra se amplía si tenemos en cuenta a la Organización Internacional de Trabajo (OIT), que encontró que 61% de los colombianos desempeñan labores informales (como venta de empanada), el más alto porcentaje en el globo.
Distintos factores influyen para ello, en especial el costo para las empresas (y para los propios trabajadores) de transitar hacia la formalización. De cualquier forma, el peso que se cierne sobre quienes ejercen venta ambulante en las calles del país es digno de que los medios hablen del tema y de que los colombianos debatan si realmente un enfoque que no les permita subsistir es realmente algo en pro del bien común.
La exsenadora Claudia López aseguró que la venta ambulante "es un trabajo informal y legal, que así lo han reiterado Congreso y Corte Constitucional y han exigido que los gobiernos no los persigan como delincuentes sino que les ofrezcan alternativas".
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Otros como el actor Julio César Herrera cuestionaron que sean siempre los menos favorecidos los que reciben todo el peso de la ley. "Todas estas marchas que tienen representatividad en las calles ¿A ellos no les cabe multa? Que yo sepa no los han sancionado por 'fomentar la ilegalidad'", dijo.
El represenante a la Cámara Juan Carlos Losada (Bogotá, Partido Liberal), también cuestionó pero comparando lo de la empanada y los helados con los desmanes denunciados por la Personería durante la temporada taurina: "De la venta ambulante pienso que la policía la persigue con violencia (...) pero en cambio no lo aplican en ciudadanos de estratos altos que asisten a las corridas y toman bebidas alcohólicas en la vía pública".
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Por último, no se descartan acciones en el Congreso para debatir el tema del Código de Policía y si existen puntos que, como este, merezcan ser discutidos en democracia. El senador liberal Luis Fernando Velasco adelantó tal escenario: "En Colombia creemos que los problemas sociales se solucionan con una ley que sancione alguna conducta. Hay que revisar Código de Policía".
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Sin duda el tema del espacio público es relevante, pero resulta utópico e ingenuo pensar que en un país donde la mitad de la población tiene trabajo informal, el problema se resolvería solo con un enfoque represivo. Si no hay oportunidades, los colombianos de bien (no los delincuentes) seguirán recurriendo a la empanada y el helado para subsistir.
