Hay cifras que no deberían existir. Sin embargo, están ahí, en un país que a veces normaliza lo insoportable. En Colombia, cada 20 horas un niño, una niña o un adolescente es reclutado o utilizado para la guerra. No es una metáfora. No es una exageración. Es un dato verificado por Naciones Unidas.
Y este 20 de noviembre, en el Día Mundial de la Infancia, UNICEF y la Embajada de Canadá hicieron un llamado que debería sacudirnos como sociedad: el reclutamiento infantil aumentó un 300% en los últimos cinco años en Colombia. Un aumento brutal, silencioso e inaceptable.
La realidad que no queremos ver
Entre 2019 y 2024, más de 1.200 menores fueron arrancados de sus casas, sus escuelas, sus comunidades. Son cifras oficiales, pero representan solo una parte: detrás de cada número hay un subregistro, un silencio obligado, un miedo que impide denunciar.
Solo entre 2023 y 2024, el incremento fue del 64%. 453 casos verificados en un año y un niño reclutado cada 20 horas. Duele decirlo: las comunidades indígenas y afrodescendientes siguen cargando el mayor peso, representando más del 50% de las víctimas recientes.
El Pacífico, la frontera con Venezuela, la Amazonía y el Caribe, territorios donde la ausencia del Estado no es noticia, sino rutina.
Las otras violencias que nadie cuenta
La Comisión de la Verdad y la JEP han documentado algo que a veces olvidamos: el reclutamiento nunca llega solo. Llega con violencia sexual, con torturas, con malos tratos, con homicidios y desapariciones. Llega con la infancia arrebatada, con familias viviendo en la incertidumbre eterna de no saber si sus hijos siguen vivos. Esa herida es colectiva y no cicatriza.
El llamado que incomoda pero es necesario
Tanya Chapuisat, representante de UNICEF, fue clara:
“Estas cifras deberían indignarnos y movilizarnos. La mejor forma de prevenir el reclutamiento es permitiendo que los niños disfruten sus derechos”.
Y la embajadora de Canadá, Elizabeth Williams, apuntó con la misma contundencia:
“Ningún niño debería estar en la guerra. Su lugar es la escuela y en entornos familiares seguros”.
No es un mensaje político, es un mensaje humano, y es, sobre todo, una urgencia.
“Desarma tu indiferencia”: un país que debe mirar de frente
UNICEF y Canadá lanzaron la campaña "Desarma tu indiferencia", una invitación a dejar de ver el reclutamiento como un problema ajeno, lejano o inevitable.
La campaña muestra las ausencias que deja la guerra, las sillas vacías, las voces que no volvieron y los sueños a medio empezar.
Nos recuerda algo esencial: esto sí puede cambiar, pero necesita que todos, (Estado, instituciones, sector privado, medios, ciudadanos) dejemos de mirar hacia otro lado.
En la página de la campaña, cualquier persona puede encontrar formas concretas de actuar y firmar una petición para que quienes deben decidir, decidan. Porque cuando se protege la infancia, se salva el país.
El reclutamiento infantil es una herida abierta en Colombia, una que se agrava cuando dejamos que se vuelva paisaje. Pero cada niño que se protege, cada comunidad que se acompaña, cada oportunidad que se abre es un acto de paz.
No hay neutralidad posible frente a esto, los niños no se reclutan, los niños se protegen. Lo demás es rendirse.
