
Desde la plazoleta La Alpujarra, el presidente Gustavo Petro encendió la polémica al lanzar fuertes declaraciones contra el alcalde de Medellín, Federico Gutiérrez, durante un acto público en el que compartió tarima con líderes sociales, funcionarios del Gobierno y cabecillas de bandas criminales involucrados en el proceso de paz urbana.
A pocos minutos de iniciar su intervención, el mandatario respondió con ironía a las críticas del alcalde: “Por ahí un alcalde dijo que yo no debería venir aquí: ¡MAMOLA!, el presidente va a donde quiera”, expresó ante cientos de asistentes.
Petro retomó luego una denuncia del exalcalde Daniel Quintero —presente en el evento— y cuestionó la contratación de la exfiscal Yiri Milena Amado por parte de la actual administración. Recordó que Amado había imputado cargos a exfuncionarios de Quintero, y no dudó en acusar a Gutiérrez de instrumentalizar la justicia. “Están dando órdenes a los fiscales de Antioquia para que pongan presos a sus enemigos políticos. Le pido a Fico: no rompa la Constitución y saque a la fiscal de su oficina”, dijo el presidente.
Lea también: Ataque con explosivos en La Guajira deja dos personas muertas
La reacción del alcalde no tardó en llegar. A través de sus redes sociales, Gutiérrez denunció que varios jefes de bandas criminales salieron de la cárcel el sábado 21 de junio para asistir al acto con Petro. “Petro nos pone la lápida. Está en Medellín para juntarse con los jefes de la mafia que nosotros capturamos. Mientras yo los combato, él los premia. Petro es el único responsable si algo me pasa”, escribió en X.
En otro mensaje, el alcalde agregó: “Yo siempre he estado acostumbrado a que me amenazaran los delincuentes. A lo que sí no estaba acostumbrado es a que me amenazara un presidente, al lado y del lado de los delincuentes”.
Además: Sicariato en discoteca de Bucaramanga: ¿Qué pistas tienen las autoridades?
La jornada, que tenía como objetivo presentar avances en los diálogos de paz urbana y celebrar la aprobación de la reforma laboral, terminó marcada por un fuerte cruce político que dejó en evidencia la creciente tensión entre el Gobierno nacional y la Alcaldía de Medellín.