En el municipio de Tona, Santander, decretaron calamidad pública por las afectaciones que han sufrido los cultivos a raíz de las fuertes heladas que afectan al departamento.
Después de una alerta máxima por las bajas temperaturas, la Gobernación de Santander y la Gestión del Riesgo decidieron imponer la calamidad pública y, posteriormente reunirse para desarrollar un plan con el fin de mitigar el efecto de las heladas.
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El alcalde del municipio, Elkin Pérez manifestó que esta temporada ha sido la más fuerte de los últimos años. Las temperaturas por debajo de los 7 ºC evitan que los cultivos florezcan puesto que el frío quema su nutrientes. Por este motivo, los efectos también agreden la economía de los campesinos.
Además, el exceso de frío puede quemar el pasto, por lo que algunos animales se quedaron sin alimento y murieron.
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Un censo determinó que cerca de 200 familias se han visto perjudicadas y la destrucción de cultivos de cebolla ha sido la más lesionada.
