En el lugar donde antes se levantaba la “Ciudad Blanca del Tolima”, la gobernadora Adriana Magali Matiz encabezó este 14 de noviembre los actos conmemorativos por los 40 años de la tragedia de Armero, una de las emergencias más dolorosas de la historia reciente del país.
Ante cientos de asistentes —incluidos sobrevivientes, familias de desaparecidos, autoridades locales y visitantes de distintas regiones— Matiz llamó a preservar la memoria de las más de 25 mil personas fallecidas tras la avalancha desencadenada por la erupción del Nevado del Ruiz en 1985.
Un homenaje a las víctimas y a la reconstrucción de la memoria
Durante su intervención, la gobernadora destacó la fortaleza de la comunidad y el esfuerzo por mantener viva la historia del municipio. En ese marco, reiteró la importancia de avanzar en el Centro Integral de Gestión del Riesgo y Desastres, un proyecto que busca consolidar la capacidad preventiva del departamento.
“Que Armero sea un recordatorio eterno de la importancia de la prevención y la gestión del riesgo. Que su legado nos inspire a trabajar juntos para construir un futuro más seguro y sostenible para todos, porque la memoria de los que fueron no puede ser en vano”, afirmó Matiz.
La mandataria recordó además que la administración departamental adecuó el Parque Jardín de la Vida, concebido como un espacio de encuentro y reflexión que permita comprender el impacto humano de la tragedia y rendir homenaje permanente a quienes perdieron la vida esa noche.
“Armero no es solo un lugar, es un eco eterno en el corazón de Colombia. Es el testimonio de que el dolor puede convertirse en propósito y que la tragedia puede ser una semilla de transformación”, agregó.
- Le puede interesar: La noche trágica de Armero: Crónica del minuto al minuto
Llamado a la prevención y a la responsabilidad institucional
Matiz enfatizó la necesidad de convertir el duelo colectivo en acciones concretas para evitar que hechos similares se repitan. En ese sentido, insistió en reforzar los esfuerzos en educación comunitaria, alertas tempranas, capacitaciones y fortalecimiento de los sistemas locales de gestión del riesgo.
“Prometemos no olvidar, prometemos educarnos, prepararnos y protegernos. Prometemos que nunca más la indiferencia será cómplice del desastre”, señaló la gobernadora al cierre del evento.
Los actos conmemorativos incluyeron recorridos simbólicos por la zona, actividades de memoria con sobrevivientes y ofrendas florales. Para las autoridades locales, estas ceremonias buscan mantener vigente una conversación necesaria sobre prevención, institucionalidad y resiliencia en un territorio marcado por la pérdida, pero también por la reconstrucción de sentido comunitario.
