Luego de un año y medio de pandemia y ahora un paro nacional indefinido, la situación para el gremio de restaurantes y comerciantes del Valle se complica. Las pérdidas económicas siguen incrementándose y los cierres de establecimientos parecen ser el pan de cada día. Los gremios piden al comité del paro nacional abrir las vías y al Gobierno Nacional, sentarse a negociar para que la situación no empeore.
Tras casi 15 días de paro nacional el departamento del Valle del Cauca ha sido uno de los más afectados pues ha protagonizado hechos de violencia que además de poner en riesgo a la ciudadanía, han impedido que emprendedores y dueños de restaurantes no puedan abrir las puertas de sus negocios.
La situación es muy compleja, aseguró Brany Prado, director ejecutivo de la Asociación Colombiana de la Industria Gastronómica, Acodrés Pacífico. “Además de que los restaurantes tienen poco ingreso de alimentos, la gasolina escasea y eso golpea a todos incluso a los domiciliarios. Sumado a eso la situación que vive Cali de inseguridad no da garantías, hay peajes ilegales en los que cobran entre $10.000 y $30.000 para desplazarse dentro de la ciudad”, aseguró.
Según las cifras entregadas por Acodrés Pacífico, en Cali hay 3.800 establecimientos cerrados a causa de dos factores: la pandemia y el reciente paro nacional, lo que deja una pérdida de $810.000 millones.
Prado, agregó que las pérdidas son tan grandes que “no hay ayudas bancarias que puedan amortiguar al empresario, por eso propusimos al Gobierno Nacional una mesa de diálogo con comitiva gastronómica para que la situación no siga empeorándose”, puntualizó el representante de Acodrés Pacífico.
Entre tanto en Buenaventura, Valle, el principal puerto del país donde materia prima e insumos llegan, ha dejado de moverse por cuenta del paro nacional. Las afectaciones que dejan los bloqueos en las vías de acceso al puerto, han dejado numerosas pérdidas. Así lo afirmó Angélica Mayólo, presidente ejecutiva Cámara de Comercio de Buenaventura.
“Llevamos más de 10 días sin servicio de gas domiciliario y un problema de abastecimiento de alimentos con un 0 % de perecederos y 20 % de víveres con pérdidas en todos los sectores superiores a $104.000.0000 millones”, informó Mayolo.
Añadió que la situación en materia de comercio exterior no ha sido la mejor pues “hoy tenemos aproximadamente 454.000 toneladas de cargas represadas. Gran parte de esta carga son los insumos que utiliza la industria del suroccidente colombiano y teniendo en cuenta los bloqueos en el corredor Buga-Buenaventura no ha podido salir ni entrar carga desde y hacia buenaventura”.
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Por otra parte, en Palmira, Valle, la situación con el sector gastronómico no ha sido la mejor, algunos restaurantes han dejado de abrir por falta de suministros y miedo de que sus negocios sean vandalizados.
Juan David Laverde, propietario de un restaurante de comidas rápidas, manifestó que, aunque la situación de orden público no ha sido tan pesada como en Cali, “viene uno que otro cliente porque a la gente le da miedo salir, aunque en Palmira la cosa está más pacífica. Casi no hay domiciliarios no hay porque no hay gasolina y algunos domiciliarios en bicicleta cobran más caro, eso es lo que han dicho algunos empresarios”, dijo.
Aseguró, además, que el principal problema que presenta el municipio es la falta de alimentos para ofrecer sus platos. “La carta se reduce porque no se consiguen alimentos fácilmente y los que hay están muy caros. Por ejemplo, la papa es imposible conseguirla en este momento, las carnes están más complicadas de conseguir, entonces todo eso dificulta y empieza a aumentar costos”.
Todos los sectores coinciden en que se debe abrir corredores humanitarios para abastecer los supermercados y galerías y así el sector gastronómico pueda levantarse de esta crisis.
Por: David Quintero
