Un impresionante video que muestra a una niña indígena arriesgando su vida para cruzar el río Agüita, del municipio de Pueblo Rico (Risaralda), dejó en evidencia la magnitud en la problemática que enfrentan los habitantes de esta población, desde que el improvisado puente de madera que permitía la salida y el ingreso del resguardo Unificado Chamí fue arrasado por la corriente en noviembre pasado, y que a pesar del peligro y la necesidad no ha sido instalado de nuevo.
En la grabación se observa que, sostenidos de una cuerda, los indígenas embera de esta población arriesgan a diario sus vidas al cruzar un río que corre con gran fuerza. Sin embargo, la situación apremia más todavía teniendo en cuenta que las clases están próximas a comenzar y para llegar a la Institución Educativa Embera Chamí los niños del corregimiento tienen que atravesar el Agüita.
“Este puente comunica a los sectores de Santa Rita con La Punta, por donde deben salir muchas familias del Resguardo Unificado Embera Chamí a realizar sus necesidades en cuanto a soporte alimenticio y los estudiantes a recibir los talleres de manera física y virtual, ya que el internet en la zona es deficiente”, expresó Walter Palacio, docente de la institución que se encargó de hacer la denuncia pública y a quien periodistas de la zona se encargaron de hacer eco.
Además, el educador advirtió que en la peligrosa maniobra son varias las mujeres y niños que han perdido la vida, puesto que la corriente del río es muy fuerte y en épocas de invierno aumenta considerablemente.
A los puentes se los llevaron los ríos y las promesas no los han traído de vuelta
Las dos últimas administraciones en Risaralda han pasado por alto esta problemática que no es nueva, pues el puente del río Agüita no es el primero que se lleva la corriente.
Desde la administración departamental de Sigifredo Salazar (gobernador 2016-2020) se sostuvo –incluso en campaña– que el tema de la infraestructura vial y los puentes de la zona indígena de Risaralda eran una prioridad, pero terminó su periodo de mandato y de puentes nada. Mientras que el actual mandatario del departamento, Víctor Manuel Tamayo, también se encargó de hacer anuncios sobre el tema que hasta el momento no se han visto materializados.
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El Ejército Nacional tampoco ha cumplido a los indígenas risaraldenses. El año pasado, luego de conocerse la noticia sobre la violación de una niña embera por parte de varios soldados, el comandante Eduardo Zapateiro se comprometió públicamente –justo en el municipio de Pueblo Rico– a mejorar la infraestructura vial y reconstruir los puentes destruidos por las olas invernales como método de reparación hacia la comunidad, pero evidentemente los puentes siguen faltando.
¿Y el alcalde de Pueblo Rico?
Las prioridades de la administración municipal parecen ser claras, después de que el alcalde Leonardo Siagama Gutiérrez firmara en noviembre pasado un contrato para la celebración del Festival Triétnico por un valor de 66 millones de pesos y que tuvo, en plena pandemia por el Covid-19, presentación de grupos musicales y una duración de 3 días.
