Recientemente me encontré nuevamente con mujeres miembros de la Fundación Alexandra Rada que se ocupa de ayudar y atender a mujeres víctimas de ataques con ácido en nuestro país. Hemos tenido incluso ocasión de tratar y atender de manera altruista por razones humanitarias a varios de estos casos con tratamientos de medicina estética para aliviarles las consecuencias de tan nefastos hechos.
Aparte de suponer una agresión contra la salud, estos actos son una agresión contra la dignidad de las personas. Afecta a sujetos de diferentes nacionalidades, culturas y religiones, con un marcado carácter machista, así haya algún caso esporádico de agresión femenina. El ácido deja secuelas muy graves en la piel, en algunos casos puede comprometer la vida de la persona. La cicatriz queda por dentro y por fuera. La sustancia se puede considerar un arma química, prohibidas en todo el mundo.
Cada año se registran 1.500 casos de ataques de este tipo en todo el mundo, de acuerdo con la Fundación Internacional de Sobrevivientes del Ácido (ASTI, por sus siglas en inglés). Es históricamente conocido como "vitriolo" por los alquimistas europeos y comenzó a ser usado como un arma en Europa occidental y en EE.UU. La ausencia de estadísticas dificulta saber si los ataques con ácido se han incrementado a nivel mundial.
¿Cómo tratarlo?
A corto plazo es importante la actuación rápida. Para una mujer con el rostro quemado la recuperación puede tomar mucho tiempo. Es vital que las quemaduras se traten con rapidez. En el momento es importante usar abundante agua. Las primeras horas son vitales. Cuando ocurren quemaduras térmicas, el daño se produce en ese instante. Pero en el caso del ácido, la quemadura continúa dañando la piel hasta que la sustancia se neutraliza.
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Una vez que se ha superado la agresión, con el tiempo se puede mejorar la calidad de vida de estas mujeres con algunos tratamientos de medicina estética. Nosotros de hecho lo estamos realizando en una labor en la que colaboramos todos los doctores de la clínica Sergio Rada.
Precisamente la doctora Alexandra Rada, junto a miembros de la Fundación, formó parte en su día de las movilizaciones solicitando el endurecimiento de las penas para restituir la dignidad de las víctimas y al tiempo lograr un mayor efecto disuasorio en los agresores. Algo que por fin se logró en 2016 y que culminó en enero de este mismo año cuando el expresidente Juan Manuel Santos sancionó la ley de víctimas de ataques con agentes químicos. Gracias a esto se endurece las sanciones a quienes agreden con ácido y otros componentes corrosivos a cualquier persona.
Con esta ley la pena para los atacantes sube hasta 20 años de cárcel "si la conducta es simple", y hasta 30 años si el ataque causa deformidad o daño permanente en la víctima.
Fue una gran noticia por los antecedentes en otros países del efecto disuasorio del endurecimiento de las penas. En Bangladesh, los ataques denunciados disminuyeron desde que el gobierno hizo más estrictas las normas para vender ácido e introdujo la pena de muerte para los agresores en su código penal. De los 492 ataques en 2002 se pasó a menos de 75 en 2016. Pakistán también modificó su legislación con respecto al tema.
En Colombia el tema de los ataques con ácido ha sido una de las problemáticas más sensibles en el país en los últimos años. Varias víctimas de estas agresiones han expuesto sus dramáticas historias en diferentes escenarios y han denunciado la falta de oportunidades laborales. Debemos mantener la lucha activa contra este tipo de conductas denigrantes, de ahí mi felicitación a la labor de la Fundación Alexandra Rada.
