Las aplicaciones empresariales se han convertido en una herramienta digital muy útil para los usuarios, brindando la posibilidad de realizar operaciones en tiempo real desde cualquier lugar del mundo. Según un informe publicado por la consultora estadounidense App Annie, el mercado de aplicaciones llegará a 240.000 millones de descargas en el año 2021.
Por su parte, las compañías enfrentan algunos desafíos relacionados no solo en la creación de aplicaciones con una excelente experiencia para el usuario, sino que además sus desarrolladores deben tener en cuenta las políticas de seguridad establecidas por la organización, abarcando todos los procesos relacionados con la protección de datos, las medidas de control y cumplimiento.
[single-related post_id="925026"]A pesar de que algunas organizaciones están inmersas en procesos de transformación digital, carecen de estos protocolos de seguridad. Su importancia se debe a que cada vez los ataques informáticos están siendo más sofisticados y difíciles de rastrear por la multiplicidad de puntos de acceso a la red. Es por esto que se debe contar con buenas prácticas de seguridad y el uso de códigos seguros que generen alertas de actividades sospechosas o riesgosas y de comportamientos no habituales en usuarios.
"Las personas o empresas que desarrollan aplicativos empresariales deben tener conocimiento en materia de seguridad informática a las que sus clientes y trabajadores deben aferrarse. La principal recomendación es tener buenas prácticas en seguridad", afirmó Iván Arenas, experto en Ciberseguridad de la compañía Gamma Ingenieros en diálogo con KienyKe.com. Asimismo, Arenas entregó las siguientes recomendaciones para aquellas compañías que se encuentren desarrollando este tipo de proyectos y no tengan claro los pasos siguientes.- Información: almacenar información de forma cifrada y ocultar información sensible a la vista de externos. Así mismo, contar con sistemas de backup para mantener la disponibilidad de la información.
- Autenticación: poseer mecanismos robustos de autenticación de usuarios para dar la autorización de acceso a dicha información.
- Protección de datos: contar con mecanismos en los que los usuarios autoricen el uso de su información personal e implementar demos para que el usuario conozca la configuración de seguridad de la aplicación.
- Monitoreo: establecer sistemas de monitoreo que generen alertas a cualquier tipo de intrusión a los sistemas.
- Control: realizar controles de ciberseguridad cada tres meses.
- Actualización: tener en cuenta los cambios en el entorno digital y generar notificaciones al usuario de las actualizaciones correspondientes.
- Análisis: hacer un análisis de vulnerabilidades o ethical hacking en las aplicaciones, para verificar que las actualizaciones no hayan generado brechas de seguridad.
- Educación: brindar herramientas educativas a través de una interfaz amigable para mejorar la usabilidad y seguridad del usuario.