
Bogotá, que durante más de una década dominó el ranking de las ciudades con los arriendos más caros del país, perdió su trono. Según un informe del Banco de la República, Medellín la superó en 2024, marcando un cambio histórico en el mercado inmobiliario colombiano.
Entre 2008 y 2017, la capital fue la referencia en precios de arriendo. Pero desde 2018, Medellín empezó a mostrar una tendencia sostenida al alza.
Barrios como El Poblado y Laureles se consolidaron como zonas de alta demanda, impulsadas por el crecimiento económico, la llegada de nuevos residentes y la expansión de proyectos residenciales que han transformado la ciudad. Hoy, Medellín encabeza el listado, dejando claro que la dinámica del mercado está cambiando.
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La escasez de vivienda nueva ha sido otro factor que ha influido decisivamente. Según BBVA Research, el país enfrenta un déficit de oferta, ya que los constructores priorizan proyectos de venta sobre alquiler, dejando rezagado este segmento.
Como resultado, los arriendos no solo siguen subiendo, sino que en algunos casos superan los límites establecidos por la Ley 820 de 2003, que fija un tope del 5,20% según el IPC del año anterior.
La presión no viene solo de la oferta. La demanda también se mantiene alta en las grandes ciudades. Bogotá, Medellín y Cali siguen recibiendo a miles de personas que buscan oportunidades laborales y educativas, lo que tensiona aún más el mercado.
Para muchas familias, las zonas periféricas y con menos servicios se han convertido en la única opción viable para alquilar vivienda, mostrando un contraste cada vez más marcado entre la ciudad central y los sectores externos.
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Este cambio histórico entre Medellín y Bogotá evidencia que el mercado inmobiliario colombiano está en constante movimiento y que se requieren políticas públicas que atiendan la escasez de vivienda y mejoren el acceso al arriendo.
La crisis del arriendo se ha convertido en un tema político y social de primer orden, generando debates sobre la necesidad de regulación y estrategias que garanticen vivienda digna para todos.
Con Medellín liderando los precios de arriendo, Bogotá enfrenta ahora el reto de replantear sus políticas de vivienda y ajustarse a un mercado cada vez más competitivo, mientras los colombianos buscan alternativas que les permitan equilibrar presupuesto y calidad de vida.