
En una ceremonia cargada de emoción, música y orgullo local, la Universidad de Cartagena entregó su más alta distinción institucional, la Orden al Mérito José Joaquín Gómez en grado de Gran Cruz, al artista cartagenero Boris García, en reconocimiento a su invaluable aporte al desarrollo cultural del Caribe colombiano.
Un honor que cruza generaciones
La condecoración no solo exalta su trayectoria artística, sino que también reconoce su capacidad de conectar generaciones a través del arte, de dignificar las expresiones populares y de posicionar la identidad caribeña en el mapa cultural del país y del mundo. Boris García ha sido más que un músico; ha sido un puente entre lo tradicional y lo contemporáneo, entre lo local y lo universal.
“Es para mí un gran honor recibir esta distinción y, además de inspirarme, me compromete a continuar mi trabajo artístico desde lo local con una mirada mundial”, expresó el artista durante el acto solemne, en el emblemático Claustro de la Merced.
Un sonido heroico con alma cartagenera
Creador de proyectos emblemáticos como “Heroicos, el sonido cartagenero” y el musical “Sabrosura”, García ha convertido el sabor del Caribe en una bandera cultural. Su obra rescata los ritmos, colores y relatos de Cartagena, no para exhibirlos como postales turísticas, sino para darles dignidad, memoria y valor artístico.
La Universidad destacó en el texto del pergamino que el artista ha sabido plasmar “las etapas vividas, la constante vocación de mostrar lo mejor de la vivencia sociocultural cartagenera y del Caribe, con una visión universal”. Un elogio que no solo valida su legado, sino que lo proyecta hacia nuevos horizontes.
Cultura con identidad, arte con propósito
Boris García ha demostrado que el arte popular no es sinónimo de lo simple, sino de lo esencial. Su liderazgo ha inspirado a nuevas generaciones de artistas a mirar su tierra con otros ojos: con amor, con respeto y con ambición creativa.
Esta distinción llega como un justo reconocimiento para quien ha hecho del arte un acto de resistencia, de celebración y de identidad. Para quien, desde la sabrosura, ha hecho historia.