
El vinagre de manzana ha pasado de ser un ingrediente común en la cocina a un popular remedio natural en el mundo del bienestar. Aunque muchas de sus propiedades se transmiten por tradición, la ciencia comienza a respaldar algunos de sus beneficios.
Uno de los más conocidos es su capacidad para ayudar a regular los niveles de azúcar en la sangre. Varios estudios sugieren que consumir vinagre de manzana antes de las comidas puede mejorar la sensibilidad a la insulina y reducir los picos de glucosa, especialmente en personas con prediabetes.
A propósito, KienyKe.com conversó con Daniela Ovallos, nutricionista y dietista, y nos ayudó en ahondar en los diversos beneficios de este ingrediente protagonista en las estanterías de más de uno: “Según algunos estudios científicos, el vinagre de manzana puede apoyar la digestión, también puede ayudar a mejorar la sensibilidad a la insulina, contribuyendo a controlar los picos de glucosa en sangre”.
Además, su consumo moderado se asocia con una mejor digestión. Al contener ácido acético, puede ayudar a aumentar la acidez del estómago y mejorar la descomposición de los alimentos, lo que facilita la absorción de nutrientes.
También se le atribuyen efectos positivos en la pérdida de peso. El vinagre puede generar una mayor sensación de saciedad, lo que podría llevar a consumir menos calorías a lo largo del día. Sin embargo, este efecto suele ser leve y debe acompañarse de una dieta equilibrada y ejercicio.
¿Cómo se toma el vinagre de manzana?
La máster en Nutrición Deportiva y Clínica también nos dio varios tips sobre cómo consumir este ingrediente: “La forma correcta de usarlo es consumiéndolo diluido en un vaso de agua antes de almorzar y posiblemente podemos beneficiarnos de estas propiedades. Hay que tener en cuenta que el vinagre es muy ácido y no se debe consumir con el estómago vacío, siempre hay que disolverlo, las personas que tienen problemas gástricos, por ejemplo, la gastritis, no deben consumir vinagre solo, lo pueden consumir diluido o añadirlo a sus ensaladas”.