Este jueves, 26 de octubre, las autoridades reportaron un asesinato en Bogotá, en la localidad de Usaquén. El hecho sucedió en las horas de la mañana, sobre la calle 184 con carrera 9, donde sicarios que se movilizaban en una moto, le dispararon en repetidas ocasiones a un hombre que conducía un carro gris de alta gama.
La Policía señaló que se encontraron 8 impactos de bala en la ventana del conductor. El hombre de 55 años, identificado como Carlos Ernesto Gaviria Camacho, murió inmediatamente. Aún no se saben las razones del asesinato.
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En el interior del vehículo se encontró el cuerpo de Gaviria y el de su hijo, un menor de 14 años. A pesar de que el joven no presentaba signos de violencia, se presume que pudo haber muerto a causa de un infarto. Sin embargo, las autoridades harán las debidas investigaciones.
El CTI realizó el levantamiento de los cuerpos y, además, la Policía está adelantando las investigaciones. Las autoridades ofrecen una recompensa de $10 millones de pesos a la persona que proporcione información importante para la captura de los responsables.
Cifras de sicariato en Bogotá
Según las cifras reportadas por la Secretaría de Seguridad, durante el primer semestre del 2023, se registraron 529 homicidios, de los cuales 252 corresponden a un hecho sicarial. Es decir, 5 de cada 10 asesinatos son realizados por encargo.
En comparación a las cifras entregadas en 2022, el delito de homicidio ha tenido un crecimiento del 11,1 %. Esto se debe, según Hugo Acero, exsecretario de Seguridad, al fortalecimiento del crimen organizado y de las estructuras de bandas relacionadas al desmembramiento y tortura de personas.
"Un crimen estructural cada vez más organizado y, desde luego, una violencia más estructural. Cerca del 50 o 55 por ciento de los homicidios hoy en Bogotá son sicariatos y eso no tiene que ver con algo de convivencia, eso tiene que ver con estructuras criminales y con todo el tema de desmembrados y torturados", aseguró Acero.
Uno de los investigadores de la Unidad de Vida de la Fiscalía seccional Bogotá le dijo a El Tiempo que después de la desarticulación de la banda criminal 'Camilos I y II', Bogotá "vivirá una reacomodación del crimen en la que diferentes organizaciones comenzarán a matarse por ocupar los territorios y las rentas criminales de los capturados e, incluso, las organizaciones comenzarán una guerra interna por captar los lugares de liderazgo".
