
El panorama del dólar en Colombia para el segundo semestre del 2025 se presenta con señales mixtas y un abanico de factores que podrían definir su comportamiento en los próximos meses. Entre expectativas políticas, posibles reformas tributarias y tensiones en los mercados internacionales, los analistas se muestran cautelosos frente a la evolución del tipo de cambio.
Una de las principales advertencias viene de expertos que alertan sobre la posibilidad de que Colombia pierda el grado de inversión en su deuda local. Esta situación, de concretarse, podría desencadenar ventas de activos por parte de inversionistas extranjeros, generando presiones al alza sobre el dólar. A este elemento se suma el anuncio del Gobierno de presentar una nueva reforma tributaria en la próxima legislatura, que comienza en julio. Tal iniciativa podría aumentar la incertidumbre y, en consecuencia, acentuar la volatilidad de la tasa de cambio.
En ese mismo sentido, la firma comisionista Itaú Colombia anticipa que la divisa estadounidense podría fluctuar entre los 4.050 y 4.080 pesos en el corto plazo. Sin embargo, advierten que este comportamiento dependerá en gran medida del panorama electoral. Si se consolida un ambiente político que apunte a un cambio de gobierno en 2026, se fortalecería la percepción bajista del peso colombiano.
Valeria Álvarez, jefa de Estrategia en Itaú Colombia, señala que más allá del escenario local, es clave observar el contexto internacional. “Todo dependerá también de cómo se mantenga el ambiente externo. Si hay mucha volatilidad, eso implicaría un entorno no tan positivo para el peso”, afirma.
Entre los elementos que podrían alterar ese entorno internacional, la experta destaca los movimientos del petróleo. Si el barril alcanza niveles cercanos a los 90 dólares, podría presionar al alza la inflación global, lo que afectaría negativamente a las monedas emergentes, incluida la colombiana. En ese caso, se dificultaría el descenso de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos, que el mercado anticipa con dos posibles recortes durante este año, sumando unos 47 puntos básicos.
Álvarez también advierte sobre un factor interno con potencial incidencia en el mercado cambiario: las operaciones que la Tesorería de la Nación planea realizar con un banco extranjero por un monto cercano a los 20 billones de pesos. Esta transacción podría derivar en compras de Títulos de Tesorería (TES) a nivel local, lo que a su vez ejercerían una presión bajista sobre el tipo de cambio.
En consecuencia, Itaú proyecta un rango más amplio para el comportamiento del dólar, situándolo entre los 3.900 y los 4.300 pesos. Esa franja refleja tanto los riesgos como las oportunidades que podrían materializarse en el escenario macroeconómico de los próximos meses.
Así, entre factores externos como el precio del petróleo y la política monetaria de la Fed, e internos como la reforma tributaria o las decisiones del Tesoro, el tipo de cambio colombiano se encuentra en un terreno marcado por la incertidumbre. La atención, por tanto, deberá centrarse no solo en las cifras económicas, sino también en los movimientos políticos y en la percepción de los mercados internacionales.