Tras el inicio de la pandemia, el primer evento multideportivo de Colombia dejó consigo grandes beneficios en cuanto al impacto económico, social y deportivo en el Golfo de Morrosquillo, que sirvió de anfitrión para la cuarta edición de los Juegos Deportivos Nacionales de Mar y Playa y que volvió a reunir a la nación, en especial a cerca de mil atletas que participaron en representación de 26 delegaciones.
Varios fueron los valores agregados de las justas, entre ellos su impulso a la reactivación económica de Sucre y Córdoba, los departamentos dueños de casa en esta ocasión. Como resultado de albergar el certamen, se registraron alrededor de 7.034 camas ocupadas entre deportistas, jueces, personal del Ministerio del Deporte, turistas, entre otros. Además, se contabilizaron aproximadamente 21.102 servicios de alimentación durante los ocho días de competencia. De igual forma, las ganancias del sector hotelero se estiman en más de 1.000 millones de pesos.
La inversión de 6.500 millones de pesos por parte de Mindeporte para la realización del evento redundó en la generación de más de 2.900 empleos, entre directos e indirectos en torno a los Juegos. De hecho, en la región se transportaron 1.517 personas, tanto en bus como en otro tipo de vehículo. Solo en transporte, se impactó con 4.620 trayectos entre los municipios de San Antero, San Bernardo del Viento, Tolú y Coveñas.
Ser epicentro de esta cuarta edición (la primera desde la creación del Ministerio del Deporte) significó que alrededor del 80% de los hoteles de la zona llegaran a una ocupación del 100%. La bioseguridad fue uno de los puntos más importantes antes y durante los Juegos, pues se hizo especial énfasis en preservar la salud de los protagonistas de estos. En ese sentido, la comisión médica tomó alrededor de 200 pruebas de antígeno, todas con resultado negativo, lo que evidenció el compromiso del Gobierno del Deporte desde diferentes frentes, no solo en la competencia en sí.
Además de lo económico, uno de los capítulos especiales fue el juego limpio, una premisa que se lleva a la práctica en cada evento deportivo del país. Para esta edición, la Organización Nacional Antidopaje programó más de 37 muestras, tomadas por los agentes de control al dopaje y los voluntarios de esa comisión.
Otro de los puntos que no se quedan al margen de este tipo de justas es la pedagogía enfocada en las jornadas de educación y prevención. En los Juegos de Mar y Playa participaron alrededor de 231 atletas y personal de apoyo, quienes, de la mano de Mindeporte, adquirieron y actualizaron conocimientos en torno al deporte legal.
Y como todo gran evento, la cuota de servicio también fue protagonista con la participación de 222 voluntarios, 117 hombres y 105 mujeres, quienes apoyaron de principio a fin cada una de las comisiones. Además de vivir de cerca esta fiesta deportiva, aprendieron sobre nociones del Sistema Nacional del Deporte, organización deportiva y beneficios en cuanto a impactos del voluntariado.
Alrededor de 2.800 visitantes hicieron que la cuarta edición de los Juegos estuviera enmarcada en deporte, reactivación económica, unión y beneficio social para una región que le abrió sus puertas al primer evento multideportivo nacional, tras el comienzo de la emergencia sanitaria, que propició el reencuentro del país.
Un evento que marcó la región con reactivación y la fiesta deportiva, en el marco de un evento nacional que volvió a unir a las personas en torno al deporte.