¡No más escopolamina en Colombia! Una canción con conciencia

Mar, 21/05/2024 - 12:53
El cantante Nicolás Garvin escribió una canción en donde relata su experiencia tras ser atacado con esta sustancia.
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En las últimas décadas, Colombia ha enfrentado una amenaza invisible pero devastadora que se ha arraigado en las sombras de sus calles y comunidades: la escopolamina. Esta sustancia, conocida también como "burundanga" o "droga de la sumisión", ha cobrado notoriedad por su capacidad para sumir a las víctimas en un estado de vulnerabilidad extrema, dejándolas susceptibles a la manipulación y al delito. Su presencia clandestina se ha convertido en un desafío constante para las autoridades y una preocupación creciente para la sociedad en su conjunto.

La escopolamina, derivada de la planta de la borrachera (Brugmansia sp.), es un alcaloide de naturaleza poderosa que afecta el sistema nervioso central. Su administración puede ocurrir de diversas formas: inhalada, ingerida o incluso absorbida a través de la piel. Sin embargo, su método más común de distribución es a través de la manipulación de alimentos o bebidas, lo que la convierte en un arma sigilosa y letal en manos de delincuentes.

El impacto de la escopolamina se extiende más allá de sus efectos físicos inmediatos. Si bien sus consecuencias pueden variar desde la pérdida de la conciencia hasta la amnesia temporal, su verdadero poder radica en su capacidad para anular la voluntad y el discernimiento de las víctimas. Bajo su influencia, los individuos se vuelven fácilmente sugestionables, obedeciendo órdenes sin cuestionamiento y siendo víctimas potenciales de robos, agresiones sexuales u otros crímenes atroces.

Mire el video de la canción:

Las zonas urbanas, especialmente las de alta densidad poblacional y actividad nocturna, son particularmente vulnerables a la presencia de la escopolamina. Lugares como bares, discotecas y transporte público se convierten en escenarios propicios para la administración clandestina de esta droga.

Teniendo esto en cuenta, los datos del gobierno indican que la mayoría de víctimas de esta droga son los hombres. En el 2022, se reportaron unas 1.225 víctimas masculinas contra 185 de género femenino.

Por otro lado, en lo corrido del 2024, según denuncia la concejala de Bogotá, Diana Diago, ya se han presentado 93 casos de ataques con esta droga, lo que representa un incremento del 47,6% a comparación del año pasado.

En respuesta a esta creciente amenaza, las autoridades colombianas han intensificado los esfuerzos para abordar el problema de la escopolamina desde múltiples frentes. Campañas de sensibilización pública, dirigidas tanto a la población en general como a sectores específicos como jóvenes y mujeres, buscan educar sobre los riesgos asociados con esta droga y fomentar una cultura de prevención y autocuidado.

Además, se han implementado medidas para fortalecer la vigilancia y el control en lugares vulnerables, así como para endurecer las sanciones contra aquellos que trafican y distribuyen la escopolamina.

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Frente a esta problemática, el cantante colombiano Nicolás Garvin, compuso una canción en dónde pide a la ciudadanía tomar conciencia sobre esta problemática de la que él, personalmente, ya fue víctima.

La historia detrás de la canción Ilusión

Esta situación bochornosa la vivió a comienzos de enero el cantante colombiano Nicolás Garvin, quien se encontraba hospedado en un reconocido hotel ubicado en el norte de la ciudad. Allí, fue víctima de una intoxicación con escopolamina, administrada, al parecer, en la bebida que estaba consumiendo.

Nicolás, quien vive en Puerto Rico, se encontraba en el bar ubicado dentro del hotel, cuando conoció a una persona en el establecimiento, de la que se ganó su confianza y empezaron a entablar una conversación.

Minutos después, el artista se levanta y se dirige hacia el baño. Al regresar, toma su bebida y prácticamente al instante, siente que se desvanece y no recuerda qué sucedió después.

Cuando vuelve a tener conciencia, sólo recuerda estar tendido en la cama de su habitación asistido por el personal de hotel, que se percató que algo no andaba bien en su cuarto, tras los llamados constantes que estos hacían.

Finalmente, Nicolás fue trasladado a un centro médico para tratar un cuadro toxicológico severo, producto de la sustancia de escopolamina que ingirió, además, de la pérdida de 60 millones de pesos que fueron sustraídos de su cuenta.

En última instancia, la batalla contra la escopolamina es una lucha por la seguridad, la dignidad y la integridad de todos los ciudadanos colombianos.

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