Leonidas Acevedo recibió de su suegro la Hacienda El Roble a comienzos del siglo XX. Desde entonces, la familia Acevedo ha cultivado sus 300 hectáreas, ubicadas en Mesa de los Santos (Santander), el mejor café de Colombia. Hoy es el bisnieto de Leonidas, Oswaldo Acevedo, quien está al frente del negocio desde 1994, cuando se puso como objetivo buscar nuevos mercados y comercializar su café fuera del país. Lo ha logrado. Hoy el café Mesa de Los Santos exporta a Canadá, Estados Unidos, Noruega y Japón.
Una de las primeras cosas que hizo Oswaldo fue definir cuál era el tipo de café apropiado para el tipo de tierra y clima en que iba a cultivar. Desde hace diez años sembró más de sesenta variedades del grano en sus 300 hectáreas, hasta que encontró las tres variedades apropiadas: Caturra, Borbón y Típica. Dependiendo de las cosechas y de los cambios de clima, el café puede ser más ácido o dulce y con más o menor cuerpo, pero siempre debe evitarse que sea amargo.
La variedad de café que más se vende y produce es el Caturra: balanceado entre el ácido y el dulce, con un olor agradable para quien no conoce mucho de la bebida. De los cinco mil sacos de café que produce al año Mesa de los Santos, tres mil se llenan de Caturra. Los otros dos mil sacos se dividen por partes iguales entre café Borbón y café Típica.
Por la hacienda también se realizan recorridos turísticos. Hacienda El Roble es visitada con frecuencia por su reconocimiento internacional.
Oswaldo Acevedo consigue clientes viajando a varias ferias cafeteras en Estados Unidos, Japón y Europa. Allí conoce a tostadores de café que se interesan por su producto. Un tostador, como se conoce a quienes comercializan café, tiene clientes especiales como actores de cine y altos ejecutivos que están dispuestos a pagar entre 200 y 700 dólares por una libra de café de Mesa de Los Santos. Acevedo no le vende a ningún cliente directo de sus tostadores, prefiere mantener unos pocos clientes fijos que compran varios sacos de café en lugar de uno, que comprará al por menor. Los tostadores pueden llegar a comprar más de 250 sacos por cosecha.
Uno de sus clientes más importantes es una importadora de café en Japón. Su nombre es Kanematsu Corporation y se lleva el 40 por ciento del café que se produce en la finca de Santander. Sus demás clientes internacionales, Canadá, Estados Unidos y Noruega, compran el 50 por ciento de la producción. La preferencia de los extranjeros por este café colombiano se debe a su cuidadoso proceso de elaboración. Desde que Oswaldo se hizo cargo de la finca, cambió la técnica para producir el grano y la volvió ciento por ciento orgánica sin necesidad de utilizar químicos.
Café Mesa de los Santos exporta a Estados Unidos, Canadá, Noruega y Japón. En el extranjero se queda el 90 por ciento de la producción anual.
El panorama de las ventas en Colombia es diferente. Mesa de Los Santos distribuye el diez por ciento de la producción de su café en almacenes como Carulla, Éxito y Carrefour. El total de libras que vende entre los tres almacenes no supera las tres mil al mes. Oswaldo asegura que es una venta muy pequeña en comparación con otras marcas de café, y que el principal problema obstáculo no es el alto precio de su café, sino las costumbres arraigadas de los colombianos, que siempre consumen la misma marca. Una libra de café de Mesa de Los Santos en Colombia cuesta 27. 500 pesos y, según Acevedo, en la empresa no existen recursos para darle promoción al café dentro del país.
Por los alrededores de la Hacienda El Roble también hay otras historias qué contar en las que los Acevedo estuvieron involucrados. Mario Acevedo, padre de Oswaldo, era médico e historiador. Solía emprender expediciones en búsqueda de sus antepasados de la región. En una de ellas, encontró una cueva, y al adentrarse en ella, descubrió varias telas precolombinas, llamadas Telas Guanes, que pertenecían a las tribus que habitaron cerca a su hacienda. Antes de Morir, Mario le entregó las reliquias al Banco de la República y hoy están expuestas en varios museos.
Desde el 2010, en la Hacienda El Roble también funciona un hotel que cuenta con seis habitaciones.
Oswaldo Acevedo divide su vida en dos oficios, de lunes a viernes se encarga de su empresa de encuestas y consultoría Encuestas Yanhaas y los fines de semana visita la Hacienda El Roble, cata el café y supervisa cómo va la cosecha que está próxima a salir: a finales de octubre. Oswaldo, la cuarta generación de una familia de cafeteros, está convencido de que su vida tiene más futuro trabajando por el café que se cultiva en la tierra de su bisabuelo, que por ser un encuestador.
El café más cotizado del mundo está en Colombia
Mié, 10/07/2013 - 07:29
Leonidas Acevedo recibió de su suegro la Hacienda El Roble a comienzos del siglo XX. Desde entonces, la familia Acevedo ha cultivado sus 300 hectáreas, ubicadas en Mesa de los Santos (Santander), el