
En una reveladora entrevista que ha desatado cientos de reacciones en redes sociales, Daniela Ospina abrió su corazón y compartió uno de los momentos más determinantes —y emocionalmente complejos— de su vida. Durante su participación en el programa Deja el chou, conducido por Daniela di Giacomo, Ospina confesó que renunció a una prometedora carrera deportiva por amor a James Rodríguez, decisión que marcó su juventud y dejó huellas que solo hasta hace poco logró sanar.
Con apenas 18 años, la exdeportista tenía el futuro claro: había sido aceptada en una universidad en Estados Unidos con una beca deportiva que le permitiría estudiar y continuar su carrera en el voleibol de alto nivel. Todo estaba listo para dar el salto. Sin embargo, su relación con el entonces joven futbolista James Rodríguez cambió el rumbo de su vida.
“Mi vida ha sido bien rapidita. Me casé muy joven, me fui de la casa y mi carrera se acabó a los 18. Sí, todo fue una decisión”, contó Ospina con sinceridad.
Un sueño que quedó en pausa
Daniela se casó con James, formaron una familia y tiempo después nació su hija, Salomé Rodríguez, quien hoy es parte esencial en la vida de ambos. Pero no fue sino hasta años más tarde que Ospina reconoció los sentimientos encontrados que le dejó haber dejado de lado su sueño como deportista.
“Mira, estoy en paz, y va a sonar muy loco, pero lo sané el año pasado (…) Mi única guerra conmigo misma fue que tuve una oportunidad cuando salí del colegio de venir a estudiar a Estados Unidos y a hacer la universidad, y de paso jugar voleibol. Entonces siempre fue como ‘¡wow!’, el sueño de una niña”, relató con emoción.
La empresaria afirmó que, aunque no se arrepiente del camino que eligió, fue un proceso largo el poder aceptar y reconciliarse con esa versión de sí misma que tuvo que decirle “no” a una pasión.
El momento más emotivo de la entrevista se dio cuando Daniela recordó un suceso reciente que revivió todo ese capítulo de su vida. Durante un evento deportivo en el que su hija Salomé participaba, se reencontró con una persona de su pasado vinculada al mundo del voleibol. Fue un instante que la confrontó con la pregunta inevitable: ¿qué habría pasado si hubiese seguido su sueño?
“La lágrima me brotó y dije: juepucha, mi único check que faltó. Pero después miré a Salo y es como: ella, decidí ella. Entonces me llena de paz”, dijo conmovida.