Desde la cárcel de Jamundí, en el Valle del Cauca, Carlos Andrés García, hermano del reconocido estilista Mauricio Leal, habló con el programa ‘Buen día, Colombia’ y compartió emotivos recuerdos sobre su infancia, la trayectoria de Mauricio y la que sería su última conversación con él y su madre, Marleny Hernández.
Carlos recordó que su niñez junto a Mauricio estuvo marcada por el afecto y la cercanía familiar. La separación de sus padres fue un momento determinante que transformó la dinámica en su hogar. Su madre, según él, tomó distancia de su padre y surgieron tensiones que cambiaron el rumbo de todos.
Desde muy pequeño, Mauricio mostró un fuerte deseo de independencia. Le gustaba trabajar, tener su propio dinero y tomar sus propias decisiones. En Cali dio sus primeros pasos en el mundo de la peluquería como ayudante en un salón. Gracias a su talento y determinación, pasó rápidamente de lavar cabezas a manejar tijeras, ganándose la confianza de sus jefes y clientes.
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Con esfuerzo, logró abrir su primer salón en Cali, cerca de un hotel cinco estrellas. En ese entonces trabajaba junto a su hermano Jhónier y con Javier, pareja de su madre. Luego se trasladó al barrio Santa Mónica, donde invirtió todo lo que tenía para remodelar y comprar un local que convirtió en su propio espacio. Esa pasión y ambición lo llevaron, años después, a fundar su famosa peluquería en Bogotá, un proyecto que se convirtió en referente para muchas celebridades.
La llamada que nunca imaginó sería la última:
El 21 de noviembre de 2021, Carlos se comunicó por teléfono con Mauricio. Él le comentó que estaba agotado y que se iría a dormir temprano, ya que al día siguiente debía madrugar para atender a una reina de belleza, Valeria Ayos.
Durante esa misma llamada, también habló con su madre. Marleny le mencionó que tenía una cita médica programada para revisar un tema de salud en las piernas. Como era costumbre, Carlos le pidió la bendición, un gesto que, aunque sencillo, representaba el vínculo afectivo que los unía a pesar de la distancia.
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Sin saberlo, esa conversación telefónica se convertiría en la despedida final. Horas después, Mauricio y su madre fueron encontrados sin vida en su casa en La Calera, en un crimen que estremeció al país y por el cual fue procesado Jhónier Leal.
