Pedro González, más conocido en el mundo del humor como ‘Don Jediondo’, atraviesa uno de los capítulos más complejos de su vida empresarial. La Superintendencia de Sociedades ordenó la liquidación definitiva de su cadena de restaurantes Don Jediondo, Sopitas y Parrillas, marcando el fin de una era para una marca que logró posicionarse en el paladar de miles de colombianos, tanto en el país como en el exterior.
La decisión implica el cierre de 32 locales —incluidos cuatro en Estados Unidos— y afecta directamente a 138 empleados, quienes perderán su fuente de ingreso. La empresa, nacida de la visión emprendedora del comediante oriundo de Sutamarchán, Boyacá, acumuló deudas superiores a los $25.580 millones de pesos, tras un fallido intento de reorganización iniciado en 2022.
Según reportes oficiales, la compañía incumplió acuerdos financieros y dejó de cumplir con obligaciones fiscales y laborales con entidades como Colfondos, Suramericana, Colpensiones, Porvenir, Protección y la DIAN.
El humor como refugio... y sustento
A pesar del golpe económico, Pedro González no ha bajado los brazos. A sus 60 años, el ‘cuentachistes’ continúa activo en otros frentes laborales que le permiten mantenerse vigente y generar ingresos de manera rápida, sin perder su esencia humorística.
González sigue siendo una de las voces más reconocidas del programa La Luciérnaga de Caracol Radio, donde su característico humor sigue sacando carcajadas a los oyentes. Además, realiza presentaciones privadas y ha encontrado un nuevo filón económico en el mundo digital: su cuenta de Instagram, con más de un millón de seguidores, le ha abierto la puerta a colaboraciones publicitarias con marcas que buscan conectar con un público amplio y popular.
Pero quizá el ingreso más curioso (y rentable) proviene de la plataforma Cameo, donde ofrece saludos personalizados por tan solo $12.000 pesos. Una manera directa y accesible para que sus fanáticos reciban un mensaje exclusivo de su ídolo y, al mismo tiempo, apoyen su trabajo.
