
En el mundo del entretenimiento, donde los romances a menudo se presentan como cuentos de hadas, las rupturas también acaparan titulares. Tal fue el caso de Sebastián Caicedo y Carmen Villalobos, una de las parejas más emblemáticas de la televisión colombiana, cuya separación significó un punto de quiebre tanto en lo emocional como en lo laboral.
Ambos compartían una historia que parecía sacada de una telenovela: complicidad, amor y proyectos en común. Pero en 2022, y tras 13 años de relación decidieron tomar caminos distintos. Para muchos fue una sorpresa, pero para Caicedo fue el inicio de una etapa oscura que lo llevó al borde del abismo.
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En una reciente entrevista en el pódcast En Tu Ventana, dirigido por el periodista Alejandro Baena, el actor abrió su corazón y confesó que la separación lo llevó a una profunda depresión, marcada por la ansiedad, la incertidumbre y pensamientos suicidas.
“Yo tuve pensamientos suicidas porque no sabía qué iba a hacer con mi vida. Se me acabó todo. Se me oscureció el camino y no sabía cómo lo iba a retomar”, contó. Mientras muchos de sus colegas se reinventaban en redes sociales, él se sentía desconectado del mundo. Fue entonces cuando decidió refugiarse en una finca, lejos del ruido mediático y de sus propios fantasmas.
Allí comenzó a sembrar árboles, no solo como un pasatiempo, sino como una forma de terapia, de silenciosa resistencia. “Me empecé a apagar. Profesionalmente, emocionalmente, ya estaba muy desmotivado. Solo quería estar perdido en la finca”, relató.
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El punto más estremecedor de su testimonio fue cuando confesó que llegó a planear cómo acabar con su vida: “Ya sabía cómo lo iba a hacer… Me iba a colgar de un árbol en mi finca”. Pero algo lo detuvo: su mamá. El amor incondicional de su madre se convirtió en un salvavidas inesperado, al igual que su fe.
Caicedo encontró en su espiritualidad una luz que lo ayudó a salir del túnel. Se acercó a Dios, se reconstruyó desde el silencio, y tiempo después, volvió a encontrar el amor. En diciembre de 2024, se casó con la empresaria Juliana Diez, una mujer que ha sido clave en esta nueva etapa de su vida.
Hoy, Sebastián no solo habla desde la herida, sino también desde la sanación. Un recordatorio de que, incluso en medio del dolor más profundo, siempre hay una posibilidad de renacer.