Sucedió lo que ya se había comentado. La Academia Sueca publicó en un comunicado que no entregará el Premio Nobel de Literatura este año. Luego de siete años, vuelve a ocurrir la suspensión del premio, esta vez por el escándalo de violaciones y agresiones sexuales en el que se han visto involucrados varios académicos y por el cual han habido seis renuncias en la junta directiva.
“En principio el Premio Nobel debería entregarse cada año, pero se han pospuesto en un número de ocasiones durante la historia de los premios. Una de las circunstancias que puede justificar esta excepción es cuando una situación en una institución que otorga el premio es tan seria que la decisión de entrega del premio no sería percibida como fiable”, se informa en el comunicado de la Fundación del Nobel.
El premio de este año se guardará y se entregará el próximo año, tal y como está establecido en los estatutos de la Academia. “El premio Nobel 2018 de literatura se designará y anunciará al mismo tiempo que el galardonado de 2019”, dice el comunicado.
Siete veces ha sido suspendido el premio de literatura: en 1915, 1919, 1925, 1926, 1927, 1936 y 1949. “En cinco de estas ocasiones, el premio fue aplazado y entregado al mismo tiempo que el galardón del año siguiente”, se agrega en el comunicado.
La última vez que el premio de literatura no fue entregado fue en el año 1943, en plena Segunda Guerra Mundial. La suspensión de este año es definitivamente la más escandalosa desde que el Nobel fuera creado en 1901; el único año que no hubo ganador fue en 1935, y luego en los años 1914, 1918, 1940, 1941, 1942 y 1943 no se entregó debido a las dos guerras mundiales.
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En 1949, cuando por última vez fue postergado el premio, la Academia alegó que aquel año “ninguna de las candidaturas respondía a los criterios enunciados en su testamento por Alfred Nobel”. Un año después, el escritor estadounidense William Faulkner fue premiado para 1949.
La suspensión actual surge desde el momento en que el diario sueco Dagens Nyheter publicó los testimonios de 18 mujeres que dijeron haber sido violadas, agredidas sexualmente o acosadas por Jean-Claude Arnautl, uno de los miembros más importantes de un club cultural sueco, relacionado directamente con la Academia y además esposo de una de las miembras de la junta directiva, que tenía más de 18 años de formar parte de la institución.
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Arnault, francés de nacimiento, es el esposo de la poetisa y miembro de la Academia Katarina Frostenson. Ha negado contundentemente todas las acusaciones.
Ante el escándalo y las acusaciones, los directores de la Academia fueron protagonistas de una discusión, no fueron capaces de llegar a acuerdos y seis de ellos terminaron renunciando, incluida la secretaria permanente Sara Danius. La ola de renuncias comenzó con la dimisión de Klas Östergren, Kjell Espmark y Peter Englund, que abandonaron sus puestos en abril por la indignación que sentían por las acusaciones de las 18 mujeres.
El rey de Suecia, Carlos Gustavo, padrino de la Academia, tuvo que interceder y proponer el cambio en los estatutos para que las sillas vacantes puedan volver a ser ocupadas, ya que hasta antes de la reforma esto no era posible. Así, las seis sillas vacantes impedían logran consenso en las votaciones que tienen que tener un mínimo de 12 para contar mayoría.
El mundo vive en estos momentos -y ya desde hace más de un año- una campaña contra la violencia a las mujeres que han denunciado violaciones, agresiones, tocamientos y acosos en distintos ámbitos y contextos, lo que tiene en la mira a artistas, productores de películas, editores, actores, sacerdotes, profesores, médicos y otros muchos hombres que han sido llevados ante la justicia.
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“Los miembros activos de la Academia Sueca son por supuesto plenamente conscientes de que la actual crisis de confianza representa un importante reto a largo plazo y requiere un trabajo sólido de reforma... Es necesario destinar tiempo a recuperar la confianza pública en la Academia antes de que se pueda anunciar el próximo ganador”, afirmó el presidente permanente interino Anders Olsson en el comunicado.
La última vez que la prestigiosa institución se vio afectada por renuncias masivas fue en 1989, cuando tres miembros decidieron dejar su sillón, furiosos porque la Academia no apoyara públicamente al británico Salman Rushdie, condenado a muerte por sus Versos satánicos. El premio finalmente le fue entregado al autor, pero 27 años después.
