Kienyke.com y la Lotería de Medellín realizaron un conjunto de mini-historias para dar a conocer la experiencia de algunos ganadores que muestran la satisfacción por haber apostado limpio y posteriormente recibir de forma efectiva el premio correspondiente.
Es el caso de Roberto*, quien además de asistir de forma cumplida a misa para pedir por la salud de su esposa y sus hijos, compra la Lotería de Medellín cada semana. Su fidelidad le fue recompensada luego de encontrarse con un paisano suyo de Tolú - Coveñas a quien siempre le compra el billete.
“Yo llegué y enseguida él arrancó del billete la fracción y me la entregó. O sea que yo prácticamente no cogí la fracción, sino que cogí la que él me dio”, cuenta Roberto aún sorprendido.
Fue esta fracción la que lo llevó a ganarse una tercera parte del Premio Mayor de la Lotería de Medellín, noticia que corrió a contarle a su esposa y a su hijo, quien lloró de la felicidad cuando supo la buena noticia.
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Esta misma alegría vivió Magdalena*, y es que ella a donde llega compra sin falta el billete. "Si voy a Sincelejo, lo compro en Sincelejo; si voy a Montería, lo compro en Montería. Es que siempre he creído mucho más en la Lotería de Medellín”, asegura.
Por eso, después de apostarle al tiquete que le cambiaría la vida, Magdalena buscó a alguien que le leyera la serie y así confirmar que ese día con el número 8975 con la serie 130 era la ganadora. Ella se arrodilló para dar gracias y llamó a su hija quien salió corriendo a su casa sin todavía creer que su madre había ganado el Premio Mayor.
Así mismo le pasó a Marta*, esta mujer que busca ser fiel a los suyos y recordarlos de todas las maneras, la llevaron a ser una de las felices ganadoras. Uno de sus nietos se encontraba prestando servicio militar, la llamaba desde un celular que terminaba en los dígitos 8975, y ella, usándolos como amuletos de la suerte, decidió que sería con ellos que concretaría su próxima apuesta.Su número de la suerte la llevó a ganarse una fracción del premio mayor de la Lotería de Medellín, pues, como ella bien presentía "ese número era fijo mío". Por eso, Marta en medio de la emoción no vaciló en agradecer y en compartir la alegría con su familia,“yo dije 'gracias señor, gracias, madre mía'”.
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A la hora de hablar de inversiones y de gastos, estos felices ganadores se caracterizan por la prudencia. Magdalena aún no sabe qué quiere hacer con el dinero, pero tiene presente la construcción de una empresa en un plazo prudente. Por su parte, Roberto decidió repartirlo por partes iguales entre sus hijos, además de pagar todas las deudas que hasta el sol de hoy le han acompañado; y en el caso de Marta, el dinero será destinado para tener una vejez más tranquila.* Los nombres son ficticios para proteger la identidad de los ganadores.