Baltasar no existió ni era negro: eso sugiere la evidencia

Mié, 06/01/2021 - 16:28
Se cree que Jesús nació hace dos milenios. Sin embargo, uno de los tres reyes magos que lo visitó solo ha sido negro durante siete siglos. ¿No le cierran las cuentas? A propósito de la fiesta de los Reyes Magos, conozca la historia de Baltasar.

Según el relato cristiano reciente, tres reyes del Oriente viajaron hasta el palacio del rey Herodes I para buscar a un recién nacido. Según su lectura de las estrellas, era un ungido y merecía su reverencia. Luego, una estrella los llevó hasta el portal de Belén, donde conocen a Jesús, lo adoran y le entregaron tres obsequios: incienso, mirra y oro. Luego, tras un mal presentimiento, los reyes eligen otro camino para volver a casa.

La tradición dice que esos reyes reciben los siguientes nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar. Este último es representado como un hombre negro y es el encargado de regalar la mirra, una resina extraída de un árbol que tiene ciertas propiedades curativas y también sirve para embalsamar muertos. 

Entonces, es normal que en los pesebres y la publicidad haya una figurita negra para representar a Baltasar. También hace parte del paisaje que Baltasar sea representado en desfiles y obras de la sagrada familia a través de personas blancas tiznadas de negro. Por ejemplo, los niños cantores de Alemania eligen al niño más pequeño del grupo para pintarlo de negro. En Alicante, España, hay una polémica en curso porque en una pieza de propaganda local se eligió pintar a una persona blanca en lugar de contratar a un actor negro.

Esta es una práctica que hoy es conocida como blackface y se está dejando atrás por respeto a las personas negras, quienes consideran que fue creada para entretener a los blancos a costillas de los negros, que además de sus esclavos fueron sus bufones y no aceptarán nunca más ese trato.

Aunque la discusión tiene fundamento desde el punto de vista social, también vale la pena señalar que la historia de los Reyes Magos ha cambiado mucho con el paso de los siglos, al punto de que parece poco probable la existencia de un rey negro con el nombre de Baltasar.

Un relicario de contenido desconocido

En la Catedral de Colonia, en Alemania, reposa un relicario especial: la tradición dice que ese es el lugar de descanso eterno de los tres Reyes Magos. Descansó unos años en Constantinopla, luego estuvieron bajo la custodia del emperador Constantino y luego fueron trasladados hasta Colonia por el emperador Federico Barbarroja. Ahora, el Relicario de los Tres Reyes Magos es el motivo que muchos peregrinos tienen para visitar Colonia.

Esta bóveda revela su interior cada año, durante la fiesta del 6 de enero, y se vuelve a tapar durante el resto del año. En ella es posible ver tres calaveras y un conjunto de huesos envueltos en un tejido. Los científicos solo se han atrevido a investigar esta tela: se trata de una seda cuya calidad era digna de la nobleza y podría tener dos milenios de edad. No hay muchos datos del origen de los huesos.

“Nadie puede probar que esos huesos sean suyos, pero nadie puede probar que no lo son”, dijo el historiador de arte Jean-Bruno Broicher al diario Irish Times. Una prueba de ADN a estos delicados huesos bastaría para aclarar si estos restos corresponden a tres personas y solo a tres personas de la época de Cristo, pero es un estudio que no permitirían los habitantes de este pueblo orgulloso. Ese análisis también podría comprobar si alguna de las personas que descansan en este relicario es de origen africano, pero no podrían comprobar si ese hombre fue rey; menos aún, si respondía al nombre de Baltasar.

¿Quién entregó la mirra?

Después de todo, Mateo no escribió en su evangelio de forma explícita que los visitantes  fueran tres, que pertenecieran a la nobleza o que se llamaran Melchor, Gaspar y Baltasar. Lo que sí dijo es que era un grupo de personas sabias —posiblemente astrólogos— que venían de Oriente avisadas por una estrella y entregaron tres regalos: incienso. mirra y oro, ofrendas típicas para un rey. Los detalles adicionales comenzaron a florecer desde las distintas interpretaciones de las palabras de Mateo. 

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Los primeros registros gráficos de los sabios de Oriente reposan en las catacumbas del Vaticano, en dibujos hechos en el siglo III d.C. y donde el número de sabios oscila entre dos y cuatro. Sin embargo, como Mateo dijo que la sagrada familia recibió tres obsequios, la creencia popular asumió que nadie en ese grupo fue maleducado y quedó debiendo el regalo. También contó con que ningún sabio llegó con más de un regalo a la vez. Entonces, si se entregaron tres regalos, tres serían sus remitentes

Ahora, hablemos sobre sus títulos nobiliarios. Una profecía de Isaías y unos versos de los salmos aseguraban que los reyes de todo el mundo se inclinarían ante el Mesías en el amanecer de su vida. Como los sabios fueron los visitantes más notables que Jesús recibió tras su nacimiento, según lo dicho por Mateo, fue cómodo elevarlos a reyes en el imaginario colectivo aunque no se pudiera especificar cuáles eran sus reinos.

Una vez crecieron de categoría, dejaron de ser representados con la vestimenta típica de un sacerdote oriental: ropas coloridas y gorros frigios, capuchas de lana en forma de cono cuya punta cuelga sobre la cabeza y que aparecen en escudos nacionales como el colombiano. Los nuevos reyes magos visten ropas sobrias y coronas que dejaban a la vista su condición noble.

¿De dónde salieron los nombres? De un manuscrito griego que fue traducido al latín en el siglo VI. En la misma época apareció un mosaico que hoy reposa en la Basílica de San Apolinar el Nuevo, localizada en la ciudad italiana de Rávena. Ahí fueron representados como tres personas de origen oriental: una joven, una madura y otra mayor de nombres Balthassar, Melchior y Gaspar. Cada uno porta un recipiente con uno de los tres regalos; en las manos de la figura nombrada “Baltasar” fue dibujada una copa cerrada en la que se entregaba la mirra.

La construcción de Baltasar

Entonces, hasta este punto se entiende de dónde salió el nombre Baltasar y cómo se definió que él llevaría la mirra. ¿Cuándo y por qué se volvió negro? Parece que el color de piel de Baltasar fue una de las primeras iniciativas de inclusividad y representación que vio el mundo.

Aunque el número tres fue elegido por conveniencia, la cifra también dio para dar otras explicaciones en el discurso cristiano. Por ejemplo, se explicó hasta el siglo XIV que fueron tres magos porque tres son las edades del hombre —juventud, adultez y vejez—. Después de ese siglo, la expansión del cristianismo hizo necesario que todos encontraran su raza en el cuadro de nacimiento.

Entonces, a los tres sabios desconocidos se les atribuyó un título, un nombre, un regalo, una edad y un origen. Fue infructuoso un intento de agregar al discurso un cuarto rey mago después del descubrimiento de América, que ocurrió un siglo después.

Desde entonces hasta ahora, Baltasar es conocido por ser el rey negro y joven que cargaba la mirra. Algunas fuentes sitúan el origen de Baltasar en la península arábiga. Otros más dicen que es etíope y lo relacionan con el misterioso rey Bazen, cuya tumba fue saqueada y sus restos no tienen paradero conocido.

Aunque no hay una prueba certera de su existencia, vale la pena conocer y atesorar uno de los primeros intentos de representación étnica de los que hay registro en la cultura occidental. 

Creado Por
Erika Mesa Díaz
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