Un
diccionario que recoge las palabras que identifican a los
colombianos en el mundo y entre ellos mismos. Un grupo de expertos en la lengua se han unido para crear lo que ellos han denominado, una nueva expedición léxica al patrimonio colombiano, liderada por el
Instituto Caro y Cuervo que desde su equipo ha querido contribuir a la documentación del español hablado en Colombia.
El diccionario de colombianismos está a punto de nacer.
Un proyecto que se gestó e inició en 2010, en la Academia de la Lengua con la propuesta hecha por los becarios maec-aecid[1]* de ese año a dicha entidad, aprobada por el Dr. Jaime Posada, Director de la Academia Colombiana de la Lengua; el Dr. Carlos Patiño Roselli (†), Director de la Comisión de Lingüística, y el Secretario Ejecutivo de la Academia, Dr. Jaime Bernal Leongómez.
El diccionario de colombianismos nace para mostartle al mundo cerca de 8000 definiciones y 4500 ejemplos plasmados en esta obra. Pero, ¿Cómo se logra cada frase que define al colombiano?
"El proyecto duró tres años, se dividió el país en las regiones de acentos que se han reconocido a lo largo de los años en el Instituto que tiene investigaciones sobre el tema" explicó Carmen Millán, directora del Instituto Caro y Cuervo y destacó que en la Costa Caribe y la Región antioqueña es donde más palabras se lograron recopilar.
Manos en la obra
El Diccionario de colombianismos (Dicol) es un proyecto del Instituto Caro y Cuervo que contó con la financiación del Ministerio de Cultura para realizar la investigación, que duró tres años. El diccionario que se podrá encontrar en la
Feria del Libro, de Bogotá, se caracteriza por ser actual, con un vocabulario de uso frecuente, cotidiano, tan rico y variado como el país mismo.
Esta versión recoge cerca de 6000 entradas, 1500 expresiones, 8000 definiciones y 4500 ejemplos. Cada término trae marca gramatical, regional y de uso. Las definiciones son claras y sencillas y, en la mayoría de los casos, se ilustran con ejemplos.
“El Instituto Caro y Cuervo entrega con orgullo esta obra, que, esperamos, contagie curiosidad, alegría, admiración y respeto por la riqueza del español de Colombia, sentimientos que nos acompañaron durante los años (2015-2018) en que estuvimos trabajando para hacerla posible”, señalan las lexicógrafas María Clara Henríquez y Nancy Rozo Melo.
Los responsables
Detrás de este proyecto hay mucha inspiración, pero además hay un equipo formado a la perfección desde la academia para lograr este gran resultado que resalta el vocabulario colombiano. En todas las zonas hubo corresponsales expertos en el tema que lograron hacer un mapeo de lo que es la forma hablada del español en Colombia.
"Los corresponsales tuvieron en cuenta las entrevistas cotidianas logradas con las personas, haciendo un seguimiento a la prensa oral y escrita, registro de literatura regional, y las diversas formas de comunicación oral que existen", acotó Millán.
El diccionario se nutre de aprendizajes que se remontan a la creación misma del
Instituto Caro y Cuervo y a su larga tradición lexicográfica, que se inicia con la publicación del Diccionario de construcción y régimen de la lengua castellana de Rufino José Cuervo y del Atlas lingüístico-etnográfico de Colombia (1983-1984). Esta tradición continúa en el Nuevo diccionario de colombianismos (1993), dirigido por Günther Haensch y Reinhold Werner (†), parte del macroproyecto Nuevo Diccionario de Americanismos, en que participaron investigadores del Caro y Cuervo y del cual se publicaron tres volúmenes.
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No se quería dejar el proyecto, quienes estuvieron desde el principio manifestaron su necesidad por contribuir al gozo y al descubrimiento de una parte del patrimonio inmaterial de nuestro país: el de las palabras, los giros, la creatividad y la afectividad. Por ello, el Diccionario de colombianismos reúne voces propias del español de todas las regiones.
La creación estuvo a cargo, en gran parte, de los becarios, quienes continuaron hasta la finalización del diccionario, dirigido por el académico Edilberto Cruz Espejo, actual Secretario Ejecutivo de la entidad, y la coordinadora del proyecto, la lexicógrafa María Clara Henríquez Guarín.
"Este diccionario es un recorrido por todos los campos de la cultura de Colombia y por repertorios lingüísticos que dan cuenta de sabores regionales, música, quehaceres diarios, oficios, expresiones, en fin, el mundo de la vida colombiana".
La mayoría de integrantes del equipo son investigadores egresados de la maestría en Lingüística Hispánica del Instituto Caro y Cuervo y becarios de la Escuela de Lexicografía Hispánica de la Asociación de Academias de la Lengua Española (Madrid), es decir que se contaba con una valiosa experiencia en esta clase de investigaciones. Finalmente, en 2015, la coordinadora, cinco redactores y un ingeniero de sistemas —que implementó un programa exclusivo para la realización de diccionarios— iniciaron el trabajo sistemático y continúo de elaboración del diccionario.
¿Qué hay dentro?
Para el estudio y el registro de los
Colombianismos incluidos en esa obra se revisaron la mayoría de diccionarios de americanismos y de regionalismos de nuestro país, como el Nuevo diccionario. Además, los bancos de datos de la Real Academia Española, Corpus de Referencia del Español Actual (Crea) y Corpus del Español del Siglo XXI (Corpes), se consultaron permanentemente, tanto para corroborar si un término era de uso en Colombia o en España como para tomar cerca de 700 ejemplos de los 4500, aproximadamente que contiene el Dicol.
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En 2016, este material se nutrió con información aportada por investigadores de las diferentes regiones lingüísticas de Colombia, lo que le dio un matiz diferente al diccionario: léxico diverso que ahondaba en la idiosincrasia y las particularidades de cada región. Esta edición cuenta con 3000 acepciones acompañadas de marcas regionales.
¿Qué lo diferencia? "que el término debe usarse en cualquier región de Colombia, pero no en el español peninsular. Es también un diccionario del español actual y descriptivo, ya que incluye todo tipo de vocabulario (informal, jergal, vulgar, despectivo, delincuencial, etc).
Aquí algunos ejemplos que puede conseguir:
-Del español general de Colombia (fritanga, separador, tapabocas, pestañina)
-De uso frecuente (buseta, gaseosa)
-Jergales y coloquiales (parcero, cachezudo, locha, abeja)
-Del folclor y la cultura (gaita, joropo, marimonda)
-De fauna y flora (ñame, cachama, veranera)
-De diversas regiones (golero, mañé, saltalecho)
-Rurales frecuentes (joto, quimbas)
-Extranjerismos o neologismos (cóver, cánopy)
-Expresiones (con todos los juguetes, sacar la mano, picar el ojo).
Esta obra que resalta a la Nación tendrá un un valor en pasta dura,
especial para bibliotecas o colecciones de 70 mil pesos, y un valor de 60 mil pesos en basta blanda, para uso cotidiano, que podrá encontrase en la Feria del Libro o en todas las librerías del país.