‘El Olvido que Seremos’ ha sido una de las películas colombianas más mencionadas en el exterior desde el 2020, su recorrido por España y Francia le permitió estar en boca de los mejores críticos de cine, además se llevó el premio a Mejor Película Iberoamericana en los Premios Goya.
El laureado largometraje también se encuentra nominado en varias categorías de los Premios Platino, asimismo, estuvo presente como selección del Festival de Cine de Cannes, fue la nominada por Colombia en la preselección de los premios Óscar y participó en los festivales de San Sebastián, Roma, India y Miami.
Esta película es dirigida por el español Fernando Trueba y es una adaptación de la novela homónima de Héctor Abad Faciolince, la historia retrata la desgracia que más marcó la vida de este escritor antioqueño, el asesinato a su padre Héctor Abad Gómez, médico, líder social y pionero de la salud pública en Colombia.
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El padre es interpretado por el renombrado actor ibérico Javier Cámara, Héctor Abad Faciolince es encarnado por Juan Pablo Urrego, Cecilia Faciolince es Patricia Tamayo y el resto del elenco está integrado por Laura Londoño, Aída Morales, Elizabeth Minotta, María Teresa Barreto, Kami Zea y más.
Como una nueva oportunidad que el Gobierno le da a la industria del entretenimiento durante la pandemia, ‘El Olvido que Seremos’ finalmente llega a las salas de cine colombianas, Cine Colombia la presentará en algunos espacios destacados a lo largo del país desde este martes 15 de junio.
KienyKe.com entrevistó a Juan Pablo Urrego y a Patricia Tamayo, quienes hablaron de su experiencia y reflexiones a partir del largometraje.
KyK: ¿Cuál es el reto para un actor al darle vida a un personaje de la vida real?
JPU: Es diferente interpretar un personaje que tú creas a partir de tu imaginación, otra cosa es interpretar a un personaje que existe, que está vivo, que fue el que escribió el libro, que conoce la historia mejor que nadie, entonces sí hay cierta presión, pero yo tuve la fortuna de estar con Héctor, de compartir mucho con él, que él hablara mucho conmigo, me compartió fotos, imágenes, documentos, me contó todo lo que me podía contar, anécdotas, historias, me respondió todas mis preguntas, esa presión se me fue al instante y sí me pude dar ciertas licencias porque él lo permitía porque él entendió perfectamente el código de la ficción.
Él sabía que habían cosas que no iban a ser tal cual él las había vivido, pero fue muy bonito escucharlo decir cosas como: ‘esto no fue así, pero me gustó más cómo ustedes lo contaron’ (…) entonces sí pudimos darnos unas licencias, pero también estábamos muy pegados al libro, a la historia, yo tuve la fortuna de tener a Héctor ahí todo el tiempo, casi todos los días de rodaje, entonces yo podía ir antes de una escena ir a preguntarle y decirle qué había pasado, cómo lo había vivido él, qué había sentido, qué había hecho y él siempre me respondía muy generoso.
PT: Primero como actriz, tengo que decir que eso, que no se da mucho, pero se da a veces, tener a la persona viva, a la persona que tú vas a construir como personaje trae enormes ventajas para el actor, pienso yo, porque tienes un material vivo para trabajar delicioso, en esta oportunidad, más allá de tener un material vivo, tengo que decir que Cecilia es una de las mujeres más fantásticas si no la más que he conocido, tiene una lucidez, una inteligencia y una alegría vivir gigantes. Yo tuve la suerte de encontrarme con su generosidad estuvo abierta y dispuesta completamente a todo lo que yo le preguntaba, a grabar las conversaciones a pasar tiempo juntas, a mostrarme fotos, tuvimos todos grabaciones delante de la familia.
Tener también el honor de que el personaje sea como es Cecilia, ojo, obviamente sabemos que la labor del actor no es retratar la realidad como una foto, como todo igual, hay ciertos elementos, así como la película no es el libro, dice Fernando Trueba, pues el personaje de Cecilia es Cecilia, pero es una elaboración de Cecilia, una interpretación, entonces ahí fuimos cogiendo con el estudio, la guía de Fernando y todo lo que empezó a pasar a medida que rodábamos se fue construyendo este personaje tan bonito.
A continuación puede ver la entrevista completa con Juan Pablo Urrego y Patricia Tamayo:
KyK: ¿Qué recuerdo o anécdota guarda con cariño de las grabaciones de ‘El Olvido que Seremos’:
JPU: Fue una película hecha con mucho amor por todos, el cariño, por ejemplo, no conocer a un director como Fernando Trueba, que es un director tan importante, no conocer a Javier Cámara y que ellos llegaran a Colombia, y con ese amor y cariño, con ese sentido del humor, fue algo mágico, se unió un grupo que hizo esta película con mucho amor, desde la producción, la dirección, los actores, el equipo técnico, entonces tenemos muchas anécdotas.
Sobre todo de reírnos mucho porque estábamos haciendo chistes todo el tiempo y la pasábamos dentro de esta historia que es tan dura, pero estuvimos también muy tranquilos en ese sentido, también pasaban cosas muy surreales, por ejemplo, tener a la familia de la ficción y que llegara la familia real a ver las escena, eso nos pasó un par de veces y era muy loco.
PT: Fue muy bonito, la verdad, todas las salidas a comer con todos, estuvimos dos meses viviendo en Medellín, los bailes y las risas con Javier en el rodaje, vivimos momentos muy bonitos, yo siento que esto fue una vaina mágica que todos pudimos sentir, que ahora ya describir con palabras es muy difícil, pero yo sé que en ese momento era tan palpable para todos los que estábamos haciendo y viviendo algo importante y distinto, ese sentido de familia.
KyK: ¿Qué mensaje le gustaría que quedara entre los espectadores a partir de ‘El Olvido que Seremos?
JPU: Me gustaría que esta película genere conciencia en el público porque la historia que estamos contando sigue ocurriendo en esta época, estamos contando una historia que ocurrió en los setentas, ochentas, y estamos en el 2021 y siguen matando líderes sociales, líderes ambientales, líderes sindicales, simplemente por defender una causa, por pensar diferente.
PT: Me gustaría que fuéramos conscientes de lo difícil que en estos tiempos nos queda mirarnos como buenos, la bondad de la gente que hay en este país, parece que nos cuesta trabajo verlo, por evidentes razones, a mí también me cuesta trabajo verlo, me gustaría que después de esta película reflexionáramos un poco más profundo sobre la gente buena que hay acá, no como cuando decimos ‘ay, es que los buenos somos más’, no, de verdad qué pasa con los buenos y hay unos tan poquitos que a los que no le sirven valores empáticos y fantásticos como los del doctor Abad Gómez, que están destruyendo día de por medio a familias como los que destruyeron a la familia Abad Faciolince y causan el dolor de la madre es el dolor de mil madres en este país cada cuanto, y el dolor de los hijos, la ausencia del padre, tantas cosas complicadas que nos destruyen como sociedad.
