Todo empezó el dos de diciembre del 2011 cuando Johana Rodríguez, 24 años, era estudiante de publicidad en la Universidad Central. Llevaba año y medio con su novio, gozaba de cierta tranquilidad hasta cuando ese día le dieron una noticia que jamás esperaría. En internet circulaba un video erótico suyo, que ella había grabado sólo para su pareja.
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“Tenía un novio con el que nos gustaba enviarnos cosas muy íntimas, usualmente hacíamos juegos eróticos por Skype, pero era algo muy de los dos, sin nadie más. Pero un día un compañero de la universidad me llamó y me dijo que estaban enviando un video porno a todos mis contactos de Facebook”.
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Johana relató que quedó en shock con la noticia, y decidió inmediatamente llamar a su novio para reclamarle, pues pensó que había sido él el de la fatal broma.
“De una llamé a mi novio en ese momento y le reclamé, pero él me dijo que no había sido, - tú sabes que no soy así - me aseguró. Entonces me fui para donde él, miramos mi correo, mis redes sociales y todo estaba bloqueado, alguien les había cambiado las contraseñas. Mis amigos que vieron el video lo reportaron a Facebook, por lo que esa red social también bloqueó mi cuenta. Ese día no pude hacer nada, me puse sólo a llorar, estaba alterada”.
El video en el que aparece Johana lo habían enviado como mensaje interno de grupo a todos sus contactos a través de su cuenta de Facebook, es decir, habían hackeado su perfil.
“El mensaje le llegó a mis compañeros de la universidad, conocidos, amigos de mi hermano. Sin embargo, algunos chicos no lo vieron en el mensaje directamente porque aparecía como una cadena”.
Johana se encontraba entre la desesperación y la impotencia. “Intenté tomar la actitud de que no había pasado nada, pero obviamente por dentro estaba destruida”.
Trató de tomar las cosas con calma, pero una semana después su video se estaba haciendo viral. “Como a la semana vi que el video lo estaban rotando por todo el Facebook, lo estaban compartiendo personas que no conocía, y lo cogieron de una página que se llama El Lavadero, que es de chismes de adolescentes donde habían escrito miren a esta **, si comparten el video o le dan like tantas veces publicamos el Facebook y Twitter de ella”.
“Ya cuando empezaron a compartir el video, fue más doloroso. En Facebook el video duraba como cinco minutos en línea y después de tantos reportes lo eliminaban, pero después otra persona lo subía y volvía a ser compartido”.
El miedo y la vergüenza se apoderaron de Johana, quien decidió acudir a las autoridades para que le ayudaran con el problema, pero se encontró con otra sorpresa.
“Decidí ir a la Fiscalía para averiguar qué podía hacer, pero las respuestas no fueron muy agradables, me dijeron que para qué me ponía a enviar esa clase de videos, que era culpa mía, pero pues les dije que era mi intimidad y vida privada. Además les aseguré que tengo derechos, pues era la autora del video. Igual puse la denuncia presentando algunas pruebas, como los pantallazos del video, y les di información de los chicos que manejan la página de El Lavadero”.
Johana le dijo a un fiscal que la rotación del video en la red fue algo planeado con días de anticipación, pues ella misma vio mensajes en las redes sociales que decían “tengo el video de esta vieja para chuparse los dedos, aunque no mencionaban mi nombre”.
Descartó como autor de la broma a su novio de ese momento, de quien dijo que no tenía ni la malicia ni el conocimiento digital para haber ejecutado el plan. Entonces empezó a sospechar de los administradores de la página El Lavadero, y recuerda que uno de ellos le había escrito con anterioridad coqueteándole.
No obstante, sus problemas no pararon ahí. “En el Facebook crearon perfiles falsos para señalarme a mí y a mis amigos, diciéndoles miren lo que está haciendo su amiga. Cuando publicaron el video también empezaron a hacer llamadas para amenazarme, diciendo que le iban a enviar el video a mi papá, y hasta me pedían plata. A mi ex también lo llamaban a decirle que yo era una vagabunda, y a algunas amigas. Era un plan para dañar mi reputación y hacerme quedar mal”.
Johana afirmó que no conocía ninguna de las voces que la ubicaban por teléfono y cuando devolvía la llamada el celular aparecía apagado. Además reveló que hasta algunos hombres que la contactaban le decían que se encontraran para entregarle el video.
“Muchos tipos empezaron a escribirme en el Facebook para sugerirme o proponerme cosas indecentes, y varias mujeres a decirme que era una tal por cual, que tenía un cuerpo horrible. Incluso una chica en el Facebook me amenazó con arrojarme ácido en la cara en la calle”, indicó.
Su vida se hizo un infierno. “Cumplía años por la época en que publicaron el video, duré deprimida como tres meses, y a raíz de todo ese problema las cosas se enfriaron con mi novio y terminamos, además que varios conocidos me dejaron de hablar, se alejaron. Ya después de tantos mensajes que me enviaban, lo único que publiqué fue pues sí soy la del video y qué”.
Aseguró también que le costó mucho explicarle a su mamá lo que estaba pasando, y empezó a sospechar de todo el mundo. “Sospeché de una amiga, que fue la que más estuvo conmigo en esos días en que divulgaron el video, pues ella ya había sido traicionera conmigo”.
De otra parte, por el lado de la investigación en la Fiscalía, las cosas tampoco mejoraron.
“También le di a la Fiscalía los números desde donde me llamaban, y estuve insistiendo allá como cuatro meses pero nunca me dieron respuesta, y lo único que me decían es que eso se demora. Entonces me aburrí y dejé de preguntar por mi caso, además que no tenía plata para contratar un abogado.
(…) Lo único que tengo es el mensaje que enviaron desde mi Facebook con el video, y no lo he borrado porque tengo fe de que algún día servirá para la investigación”, dijo.
Después de eso, Johana decidió adoptar una posición que ella misma denominó como feminista. “Quise contar mi experiencia en las mismas redes sociales, y me llegaron varios testimonios de mujeres que han pasado por lo mismo. En ese momento decidí crear un perfil en el Facebook para dar a conocer casos similares no sólo de Colombia sino de otros lugares. El lugar se llama Ayúdanos a detener el porno vengativo”.
Afirma que queda demostrado que las autoridades no están preparadas para afrontar estos casos, pues tampoco las chicas que son víctimas de este cyberbullying lo denuncian por pena y vergüenza a ser señaladas o juzgadas.
Hoy día Johana asimiló lo ocurrido, dice que ya todo quedó atrás, supo perdonar, a pesar que hoy día la siguen chantajeando en las redes sociales. “Me dicen que tienen un video mío y que si no les mando fotos mías desnuda lo publican”.
Kienyke.com pidió información a la Fiscalía desde el pasado 30 de julio sobre el estado de la investigación por la denuncia que puso Johana Rodríguez Ríos, pero no obtuvo respuesta alguna.
Durante tres años me han chantajeado con un video erótico que le regalé a mi novio
Vie, 14/08/2015 - 04:47
Todo empezó el dos de diciembre del 2011 cuando Johana Rodríguez, 24 años, era estudiante de publicidad en la Universidad Central. Llevaba año y medio con su novio, gozaba de cierta tranquilidad h