En el punto más complejo de la crisis en Venezuela, a Nicolás Maduro se le ocurrió crear una criptomoneda. La llamó ‘Petro’, quizás como un giño a la casi incalculable cantidad de petróleo que hay en su país pero que no es posible sacar. O no fácilmente. ¿Funcionará?
El soporte de El Petro, explicó Maduro en su programa semanal, serán “las reservas de tesoros nacionales como el oro, el gas, el diamante y el petróleo”. La intención es “combatir los bloqueos financieros y la guerra económica que vive el país”. El objetivo sería que Venezuela “avance en temas de soberanía monetaria, hacer transacciones financieras y superar el bloqueo financiero”.
Sin embargo, en la idea que tiene el gobierno Venezolano podría haber un error. Pero vamos por partes.
¿Por qué crear una moneda virtual?
Maduro parte de que, es necesario contrarrestar los efectos de las sanciones económicas internacionales que lidera Estados Unidos, y que estarían evitando que Venezuela pueda hacer transacciones en el mercado internacional. Además hay que sumarle a eso la increíble devaluación del Bolívar: en la última semana, 1 dólar pasó a valer 100.000 bolívares.
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Como Maduro dijo, su criptomoneda tendría el apoyo de las reservas de petróleo que hay en Venezuela. Eso estaría en contra de la idea original de criptomeda, que al ser virtual no tiene –ni necesita– respaldarse ni en reservas ni en bancos nacionales. Partamos de que una criptmoneda esm básicamente, “un medio digital de intercambio”.
La criptomoneda más importante actualmente es el Bitcoin. Cumple las funciones de cualquier moneda, es decir comprar cosas. La diferencia con las otras monedas, dólares, pesos, euros por ejemplo, es que el bitcóin no existe físicamente: es virtual. Otra característica importante es que no depende de ningún gobierno ni de ningún banco: es descentralizada.
Pensar en transacciones implica pensar en dinero: ‘A’ le pasa plata a ‘B’ por alguna razón, la cuota de un apartamento por ejemplo. Y hay un intermediario: el banco. Una vez se ha llevado a cabo la operación, el banco debita de la cuenta de ‘A’ el monto acordado y lo pone en la cuenta de ‘B’. Por eso cobra una comisión. Todas esas transacciones están vigiladas por el estado.
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Con el Bitcóin las cosas son distintas: una transacción se realiza directamente, sin terceros, ni banco que cobre, ni estado que vigile. Pero no es tan simple. Un bitcóin funciona en red. En esa medida, es la red la que abala la operación. ‘A’ y ‘B’ harán la misma transacción del ejemplo anterior –pago de arriendo–, pero con Bitcóins. Antes de pasar el dinero de ‘A’ a ‘B’, la red deberá aprobar que así sea. En ese sentido, todos los miembros sabrán que ‘A’ tiene bitcoins que pertenecían a ‘B’. Es importante aclarar que el proceso es anónimo: no se conoce el nombre del usuario, sino una clave.
Las limitaciones de la criptomoneda venezolana
En cuanto a la criptomoneda de Maduro, Henkel García director de la consultora Econométrica declaró que “Tú puedes montarla, pero la confianza, la aceptación y el uso es lo que va a determinar el éxito de la criptomoneda. Para mí, será bastante limitado. El bolívar también está respaldado con las reservas y no tiene fuerza”.
“La confianza en un país va a depender de los niveles de producción y de riqueza que genere. Por ejemplo, la gente confía en el dólar por los niveles de riqueza asociados a esa moneda”, le dijo el experto a AFP.
Entre las posibles limitaciones de ‘El Petro’ estaría que, primero, Maduro no contaría con la compleja estructura técnica que requiere montar un sistema de esa clase. Segundo, se enfrentaría a los propios peligros de cualquier criptomoneda.
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Los expertos han dicho que, dada la alta especulación, de un momento a otro, la criptomoneda podría cambiar drásticamente su valor hasta incluso llegar a cero. Además, ninguna de las plataformas que maneja este tipo de tecnología está regulada por la ley, “Por lo anterior –explica la Superfinanciera–, tales plataformas pueden no contar con estándares o procesos seguros y de mitigación de riesgos, por lo que con regularidad presentan fallas que llevan a que los usuarios de las mismas incurran en pérdidas”.
La superfinanciera también explicó que “Las transacciones en las plataformas son anónimas, por lo que el uso de “monedas virtuales” se puede prestar para adelantar actividades ilícitas o fraudulentas, incluso para captaciones no autorizadas de recursos, lavado de dinero y financiación del terrorismo. De acuerdo con información pública divulgada en los medios de comunicación, algunos administradores de plataformas transaccionales y de portales de venta de mercancía que vienen utilizando “monedas virtuales” como medio de pago de operaciones han sido acusados por conductas relacionadas con el uso que se le ha dado a estos instrumentos.