Fruto del interés de varios miembros de la comunidad por volver a contar con un espacio destinado a la lectura, la biblioteca funcionó en una sede compartida con la Escuela de Varones de Cereté, ubicada en una antigua edificación que data de 1929, cuyas instalaciones debieron ajustarse a la disposición que tenían las aulas. ''Comenzamos con lo mínimo'', recuerda la bibliotecaria Vera Cecilia Centeno Roca.
''Rafael Milanés García fue un maestro de esa época en que los maestros eran bachilleres, y como en Cereté no había bachillerato, él estudió el Colegio de la Esperanza en Cartagena, y siempre puso al servicio de la comunidad una magnífica colección de libros, además de fundar el primer colegio privado del pueblo. De manera que su nombre encarna todos los ideales de nuestra biblioteca, puesto que sin saberlo llegó a ser el primer bibliotecario de una institución que se remonta al año de 1962'', recuerda Vera, para quien hasta el día de hoy sigue siendo un misterio la forma en que esa primera biblioteca logró sostenerse hasta el año 2000; fecha en que debe cerrarse hasta que su sede pasa a funcionar como cuartel de policía años más tarde.
''Todo el pueblo se fue olvidando de su biblioteca, al punto que un día pasé, no había luz, y no recuerdo haber ido nunca por allá cuando estaba estudiando porque la verdad es que si alguna vez se pensó en llevar a cabo un proyecto bibliotecario todo se fue olvidando'', recuerda con nostalgia y tristeza. ''No hubo un solo cereteano que hiciera algo'', concluye para destacar que el nombre de la biblioteca busca cumplir con dos propósitos esenciales: rendir homenaje a don Rafael y evitar que la historia vuelva a repetirse algún día que a cualquier persona le dé por cerrarla.
La resurrección
Corría el año 2006 y a partir de una dotación de libros entregada por el Ministerio de Cultura que ascendía a 2.200 ejemplares, un televisor, computador y grabadora, la institución comienza sus procesos de capacitación junto al Grupo de Amigos de la Biblioteca (GAB), cuyos miembros jugaron un importante papel a la hora de hacer realidad el sueño de contar de nuevo con una institución como la que llegó a ser en su mejor época.
''Al comienzo éramos un grupo de 20 miembros, luego pasamos a ser 15, y en este momento somos diez personas: profesionales, amas de casa, gestores culturales, maestros'', explica Vera, para quien la determinación del alcalde Francisco Padilla resultó fundamental a la hora de decidir que era hora de mudarse a unas instalaciones mucho más amplias y cómodas, en lo que anteriormente solía ser la Escuela de Niñas de la localidad cordobesa, gracias a una inversión proveniente de recursos de regalías que mereció el reconocimiento de la Viceministra de Cultura, María Claudia López Sorzano.
''No muchos municipios son los que deciden apostarle a la cultura en el tema de regalías, y eso hay que aplaudirlo, porque el retorno social de una obra como la de esta biblioteca es enorme. Quizá no sea tan cuantificable como una carretera o un peaje, pero el hecho es que aquí está presente el espíritu y el alma que conforman la esencia de un pueblo'', consideró la Viceministra a la par de subrayar el hecho de que iniciativas como esta hubieran surgido de la propia comunidad, así como del respaldo que ha tenido el trabajo de Vera por parte de diversas administraciones.
''Nuestros principales cimientos y el espíritu que siempre ha tenido la biblioteca es el de ser un espacio destinado a la educación, tanto así que incluso los propios habitantes de Cereté lo perciben así'', afirma por su parte la bibliotecaria, quien además destaca la feliz coincidencia que ha posibilitado el que la cultura y la educación puedan ir de la mano.
''Nuestro fuerte siempre ha sido la promoción de la lectura, e incluso antes de que la biblioteca pudiera comenzar a funcionar desarrollamos el programa Luna cuentera cascabelera en alianza con la Casa de la Cultura, que para aquél entonces administraba el centro cultural; de tal manera que cuando comenzamos labores ya habíamos avanzado en nuestra relación con la gente'', explica para dar cuenta de otra serie de actividades de carácter artístico y cultural que desde entonces están en curso no obstante a las precarias condiciones de funcionamiento de los primeros años.
De hecho, al poco tiempo de contar con su primera sede en años, la biblioteca comienza a desarrollar uno de sus proyectos más destacados y ambiciosos: el programa de promoción de lectura hospitalaria, en procura de hacer más llevadera la vida de los pacientes, el cual terminó por hacerse extensivo a los bebés y sus madres, o comenzar a implementar un sistema de préstamo de libros, que a juicio de Vera, debe ser una de las principales razones de ser de cualquier biblioteca.
Una biblioteca al servicio de la gente
En el año 2009 logra implementarse un primer servicio de internet, que pese a la precariedad de los equipos busca optimizar algunos servicios de la biblioteca a través de un servicio de consulta en formato digital, que se fortalece un año más tarde con la entrega de 10 portátiles y una serie de equipos adicionales, entre los que sobresalen dos computadores de última generación, gracias al convenio suscrito entre el Ministerio de Cultura y la Fundación Bill & Melinda Gates, de cuyo programa piloto hizo parte Cereté, en el que destaca el arribo de 10 nuevas tabletas que han resultado particularmente atractivas entre los usuarios más pequeños de la biblioteca.
''Mucha gente todavía no entiende el carácter lúdico que deben tener las bibliotecas, así como el valor que tienen estas tabletas para que los niños puedan considerar estos espacios como lugares en los que aprender también puede ser divertido y no solo una obligación'', puntualiza Vera, para quien sin embargo la nueva sede no tendría mayor sentido si con anterioridad no se hubieran desarrollado proyectos bibliotecarios tan ricos y variados como los que se vienen desarrollando aun sin contar con una sede.
''El programa de alfabetización digital fue muy bien recibido por toda la comunidad, y poco a poco comenzaron a exigirnos más cursos, porque el número de computadores era muy reducido. Incluso ahora hay tres señoras mayores –todas pensionadas, la mayor tiene 83 años-, que vienen de Montería porque por ejemplo allá les toca estudiar con puros jóvenes y les queda muy difícil cogerles el paso'', interviene Dina Padilla Gómez, coordinadora del proyecto.
''Acá no llegamos a inventarnos nada'' –manifiesta Vera con inocultable orgullo al contemplar la nueva sede de la biblioteca-, ''llegamos a fortalecer y hacer crecer todos estos procesos''. De ello dan buena cuenta los 120 usuarios que regularmente atienden, cuyo número se incrementa de manera considerable gracias a las permanentes actividades de extensión, no obstante a que las recientes obras terminaron por aislar a un público habituado a moverse alrededor de sus instalaciones.
''Nosotros no somos una cultura de permanecer encerrados, y pese a que mientras duraron las obras nos dimos a la tarea de explicar que a antigua sede de la biblioteca permanecía abierta, lo cierto es que las personas dejaron de venir porque debían caminar por unos corredores muy estrechos y no podíamos tener abierto hasta más allá de las 7:00 de la noche. Esperamos que ahora todo eso cambie y la gente se anime a volver nuevamente'', manifiesta Vera con el mismo optimismo que ha tenido a lo largo de todos estos años de perseverar en la idea de sacar adelante a la biblioteca.
''La Ley de Bibliotecas establece como mínimo 40 horas de atención, pero desde que nosotros comenzamos comprendimos que no podíamos limitarnos a cumplir con un horario de oficina porque eso nos limitaría a atender a estudiantes y pensionados, así que decidimos trabajar en una jornada de 9:00 a.m. a 12:00 m y de 3:00 p.m. a 7:00 p.m., de lunes a sábados'', explica la bibliotecaria insistiendo en la necesidad de ajustarse a los horarios de la gente y no al contrario. ''¿Por qué cerramos al medio día? Pues porque a esa hora el calor hace imposible hacer cualquier cosa'', explica Vera, para quien sin embargo lo ideal sería mantener abierta la biblioteca todos los días.
Escenario de reconciliación
Pese a que poblaciones como Cereté nunca vivieron de manera directa los rigores del conflicto armado, la biblioteca acoge desde hace años las reuniones que habitualmente celebran desmovilizados de grupos paramilitares, en procura de dejar atrás los años de guerra para dedicarse a construir un futuro de progreso gracias a un ambiente de paz y reconciliación.
''Cuando ellos comenzaron a venir las primeras veces, por ahí hace cuatro y en el marco de un programa muy bonito del Ministerio de Cultura que se llamaba Retomo la palabra, se sentía un ambiente tan pesado que resultaba hasta un poco intimidante, pero que la verdad fue cambiando poco a poco gracias a la escritura. Muchos de ellos son hoy usuarios de la biblioteca y hasta nos ayudaron con el traslado de los libros'', subraya Vera.
''Algunos incluso llegaron a hacer parte del programa de lectura en el hospital, y muchos de ellos comentaban de la gran ayuda que resultó hacer parte de un proyecto cuyo principal fundamento es el del poder que tiene la lectura para aliviar y sanar, a través de un proceso de catarsis en el que terminaron involucrándose'', agrega para concluir que sin importar de qué lado se haya estado durante el conflicto armado, la biblioteca ofrece la posibilidad de cambiar y transformar a cualquiera que decida frecuentarla. ''La paz se construye es así, de esa forma y en este tipo de espacios. Muchos de ellos habían dejado de estudiar y ahora han vuelto a hacerlo''.
Tanto así que ahora mismo, los rectores de colegios buscan ayuda en procura de que la biblioteca ofrezca nuevas alternativas a niños que son considerados como casos extremadamente complicados por su temperamento agresivo. ''Muchos de ellos han venido y la verdad es que han cambiado, porque aunque nosotros no pretendemos reformarlos, si hemos encontrado que muchos de ellos tienen serias dificultades de aprendizaje debido a unos pobres niveles de lectura. Y como no saben leer pues obviamente no les gusta'', explica Vera.
''Yo trabajo con 104 familias y esta biblioteca va a ser de mucha utilidad porque vamos a tener un sitio para que estas personas traigan a sus hijos, con el fin de crear una nueva cultura alrededor de la lectura, porque los libros son una fuente invaluable de conocimiento y muchos de ellos carecen de un computador e incluso desconocen lo que es una tableta'', comenta a su turno Sara Montes, cogestora social del municipio, para quien la nueva sede de la biblioteca ofrecerá un espacio para rehacer las vidas de quienes en algún momento fueron víctimas del desplazamiento forzado por cuenta del conflicto.
''Ojalá que experiencias como esta puedan ser replicadas en municipios remotos a los que no llega la información y las personas no cuentan con facilidades para acceder al conocimiento'', agrega Sara, quien habitualmente visita la biblioteca en compañía de su esposo e hijos. ''A veces se puede tener la percepción de que el Gobierno pareciera habernos olvidado, pero con bibliotecas como ésta nos damos cuenta de que ocurre lo contrario y que van a seguir llegando cosas grandes para Cereté y el resto del país'', concluye.
La biblioteca pública de Cereté: una institución para educar en paz
Vie, 28/11/2014 - 07:06
Fruto del interés de varios miembros de la comunidad por volver a contar con un espacio destinado a la lectura, la biblioteca funcionó en una sede compartida con la Escuela de Varones de Cereté, ub