El propio presidente Juan Manuel Santos les dio las pistas a los periodistas que lo acompañaron en su vista a Londres la semana pasada. Contó que para distensionar el ambiente en su encuentro con el sucesor de la corona inglesa, el príncipe Carlos, había traído a cuenta una anécdota de sus tiempos juveniles en Londres. Le recordó que un día, hace ya casi 35 años, le quitó una novia caleña. Y entró, sin pudor, en los detalles. Cuando Santos, entonces representante de la Federación de Cafeteros en Londres, llegó a recoger a su novia para salir un viernes, se encontró con que ella no estaba en su apartamento y había desaparecido sin dejar rastro. Ni siquiera una nota. Luego supo que se había ido con el Príncipe a Normandía.
Se trataba de María Eugenia Garcés Echavarría, quien aún conserva la foto con el Príncipe Carlos en su apartamento de Manhattan, en Nueva York. Casada con un norteamericano y madre de dos hijas, María Eugenia es tal vez la única colombiana que forma parte de las grandes ligas de la filantropía en Estados Unidos. Es la Presidenta de la Fundación AlvarAlice, una organización sin ánimo de lucro creada con sus hermanos en memoria de sus padres, Álvaro Garcés Giraldo y Alice Echavarría, vinculados también a obras sociales y cívicas, y comprometidos en temas de construcción de paz y erradicación de la pobreza en Cali, su ciudad. María Eugenia forma parte del consejo de familia que orienta la Fundación Corona, creada por sus abuelos Gabriel Echavarría y Helena Olózoga.
Dos familias tradicionales de Cali y Antioquia se unieron alrededor de la Fundación AlvarAlice.
Desde Nueva York, donde reside hace más de tres décadas, María Eugenia Garcés ha dimensionado su trabajo por las familias de escasos recursos de Cali, focalizado especialmente en el distrito de Aguablanca. Ha logrado entrar en las grandes fundaciones orientadas al trabajo por la gente sin recursos ni oportunidades. AlvarAlice forma parte de la Global Philanthropy Circle, iniciativa creada por David Rockefeller y su hija Peggy Dulany, quien preside la influyente fundación Synergos. El círculo de filantropía es una red que reúne a 65 familias líderes con vocación filantrópica de 25 países del mundo, cuyos miembros están comprometidos en utilizar su tiempo, influencia y recursos para luchar contra la pobreza y la desigualdad social. Allí tiene asiento esta colombiana.
María Eugenia concentra ahora su energía en recoger fondos internacionales y coordinar con entidades públicas locales y nacionales la construcción y puesta en marcha del centro tecnológico y cultural Somos Pacífico, un proyecto de 2 millones de dólares ubicado en Potrero Grande, la zona más violenta del Distrito de Aguablanca.
A la cena de beneficencia para recoger fondos asistieron la primera dama, Sergio Fajardo y muchos representantes del sector privado.
La capacidad de María Eugenia de interactuar con todo tipo de personas, sin importar el nivel social, la lleva a pasar de una cena benéfica para la recolección de fondos con el sector privado –como a la que asistió la primera dama, María Clemencia de Santos– a reuniones con los muchachos de Aguablanca y a compartir escenario con el alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, con quien no podría tener más diferencias políticas e ideológicas mientras esté de por medio el propósito de la fundación.
Los tiempos de palacios y de nobles han quedado atrás porque su decisión desde hace más de una década es utilizar sus privilegios y conexiones, como el príncipe Carlos, el presidente Santos y otros líderes del mundo, en proyectos sociales para que en Cali, la ciudad de la que nunca se ha desprendido, quienes nacieron sin nada tengan un mejor futuro.
En septiembre, María Eugenia se puso los tenis para colocar la primera piedra en el deprimido barrio de Aguablanca.