Su amor era el mar, el grande e imponente mar que conoció a los 21 años, cuando atormentada por dolor que le causó la muerte de su hermano y su madre, quiso huir y la puerta que encontró fue un aviso en Internet, en el que leyó que la Armada Naval Argentina estaba recibiendo jóvenes.
No lo pensó dos veces y abandonó la facultad de ingeniería electromecánica para enlistarse en la Escuela Naval Militar Río Santiago, de Ensenada. Era una de las pocas mujeres en las filas que buscaba ser militar experta en mares. A pesar de las críticas, burlas y discriminación de los demás cadetes, sobresalió como una de las mejores de la academia.
La teniente Eliana Krawczyk, de 35 años, la primera submarinista de Sudamérica, lleva perdida en el océano 18 días. Es la única mujer que hace parte de los 44 miembros de la tripulación de submarino ARA San Juan, del que hasta este 3 de diciembre no se ha tenido rastro.
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Eliana nació en Oberá – Misiones (Argentina). Dicen sus familiares que desde muy niña, en su pueblo natal, se la pasaba metida en el agua. Dicen que no salía del río cercano a su casa, a donde iba con sus hermanos y amigos. Dicen que el nadar siempre fue su pasión y que por eso a nadie se le hizo raro cuando radicalmente tomó la decisión de cambiar las aulas por las aguas.
La decisión de ser submarinista se clavó en su mente en 2008, luego de un viaje de instrucción a bordo de una fragata que duró más de ocho meses. Cuando llegó a tierra se inscribió en la escuela de submarinos y de buceo, desde ese entonces los submarinos, naves que ella misma catalogó como intrigantes y emocionantes, se convirtieron en su oficina, en su segundo hogar. Hoy en día era la jefe de armas del submarino ARA San Juan.
Su padre, al ver el entusiasmo de la hija por el océano y por ser la primer submarinista de Argentina y de Suramérica la llamó “la reina de los mares”, apelativo del que dicen le encantaba escuchar en voz de su familia, que siempre apoyó su idea de vivir más en el mar que en tierra.
El pasado 30 de noviembre voceros de la Armada Nacional Argentina descartaron encontrar con vida a los submarinistas perdidos. Según la entidad, la profundidad donde se supone está el submarino no es compatible con la vida humana. 18 días después de haber desaparecido la nave las esperanzas técnicas de encontrarlos sanos y salvos es cero.
Otra de las grades pasiones de la teniente Eliana era viajar. Le gustaba conocer nuevas culturas, nuevas experiencias, nuevas personas; recién había llegado de Europa, un viaje que hizo sola para descansar, recargar energías y olvidar un amor con el que hace poco tiempo había terminado. Ese era otro de sus sueños: el amor. Una de sus amigas contó en alguna entrevista que Eliana siempre quiso encontrar su media naranja para tener familia y que este era un sueño tal vez más grande que el de ser submarinista.
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Mientras sus otros sueños se materializaban Eliana vivía en el Centro de Mar del Plata con sus dos mascotas que criaba como un par de hijos: Ramirito y Floppy, perritos que recogió de la calle y que adoptó en su hogar.
La búsqueda del ARA San Juan no se ha detenido. La operación rescate concluyó al finalizar la semana inmediatamente a este texto. Técnicamente los 44 submarinistas están muertos, pero la esperanza en los corazones de las familias, amigos y de millones de personas alrededor del mundo aún están latentes.
