El ser humano siempre ha sido un freerunner (corredor libre). Ha transitado por caminos inhóspitos e inexplorados. Metafóricamente, más allá del sentido del movimiento, el ser caminó por el edén, corrió por los campos elíseos, escaló el Everest, desafió los prejuicios americanos, cayó en los círculos de Dante y se levantó con regocijo en la misma cuerda floja.
En el mundo hay múltiples colores y uno de ellos es el arte del movimiento. El cerebro captó lo expresado por los ojos en sus diversos paisajes, transformó el cuerpo e indujo a la recapitulación de la existencia.
El Freerunning o el parkour, sin entrar en disociación alguna, es la disciplina que, definido por uno de sus practicantes, " te ayuda a comprender que literalmente estamos a un paso de la muerte, todo depende del siguiente movimiento en el tablero. Por eso es indispensable oír al cuerpo, interpretar paisajes y adjudicar acciones".
Un adepto del parkour es Alfonso Orozco, un kamizake perspicaz que migró de su país natal y saltó en otro. Según él, "se lanzó a una carrera de liberación personal, al vacío, a una de las rutas mas intensas que vive el humano: el miedo".
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El parkourista nació en 1993 en La Vega, Caracas (Venezuela). Su madre es una artista y su padre un ingeniero, que ha base de paciencia y tolerancia formaron un niño curioso. Orozco se gana la vida de manera funcional, acrobática y estética. Es freerunner profesional, mochilero de convicción y autodidacta por hobbie.
"Después de ese doloroso proceso de partir, yo diría que el universo vio la acción y me dio el aire necesario para remolcar este barco hasta el presente".Es un deportista que le gusta estar en la cima de las ciudades, descubrir y explorar el misterio que esconden los tejados, capturarlo en fotografías y compartirlo en videoblogs. https://youtu.be/qfnhsKvZS7w Con vocales intensas en sus oídos y mucho drum and bass recorre espacios arquitectónicos que confiesan la cuidad escondida. En 2015 llegó a Colombia, porque su país afronta una crisis visceral. Recorrió Bogotá desde la carrera séptima, los barrios del norte, lo escabroso del centro y sus parques, y logró descomponerla en "una arquitectura tipo europea limpia y versátil que me llamó a saltarla". Dice que ha llegado a conocer diferentes culturas gracias a la filosofía "Yamakasi" de los Freeruners o parkuristas, que "sin importar a donde vaya, con tan solo poner el nombre del Pais + Parkour en Facebook, encontraré un grupo que me dan un tour por los tejados de sus ciudades". En esa travesía de bajo presupuesto visitó Ecuador, Perú, Chile y actualmente está en Polonia. Constantemente lidia con diferentes políticas y burocracias, es la única manera de mantenerse y no morir de hambre. Narra que la llegada a cualquier país comienza de manera peculiar: entra en contacto con la gente en "jornadas extensas y agotadoras de salto para el publico en la luz roja de alguna avenida concurrida" pero que de ahí salen performances, ofertas de entrenador o algún comercial. Recalca que si no encuentra un mejor trabajo con sus maromas acrobáticas, cuenta con "mi querido curriculum de Técnico audiovisual y un Técnico Informático en mantenimiento y asistencia" que me sirve para ser un asesor de algún local tecnológico. [caption id="attachment_792621" align="alignnone" width="1024"] Alonso Orozco en Viña del Mar, Chile[/caption]