El Propofol es un potentísimo anestésico. Se usa por lo general en cirugías y para inducir al sueño a los presos condenados a muerte. Michael Jackson recibió una dosis de este fármaco el 25 de junio de 2009, antes de cumplir 51 años. Nunca despertó del profundo sueño.
Hace quince días se inicio, por segunda vez, la conformación de un nuevo jurado que permitió dar el martes 27 inicio al juicio en donde el doctor Conrad Murray fue acusado de haber acabado involuntariamente con la vida del Rey del Pop. Murray, reconocido cardiólogo nacido en la isla caribeña de Granada, nunca se negó a suministrarle a Jackson el anestésico Propofol.
Cientos de fanáticos llegaron desde las primeras horas del martes a la Corte superior de Los Ángeles en donde se efectúa el juicio contra el doctor Conrad Murray. Algunos llegaron con el ánimo de exigir justicia en caso de su ídolo. Otros, un poco más tranquilos pero sin reponerse aún de la ausencia de la estrella, vitorearon al médico y hasta crearon cánticos para apoyarlo y motivar la declaración de sus inocencia.
Michael Jackson, proclamado Rey del Pop, murió el 25 de junio de 2009 en su mansión en California.
Durante su tormentosa existencia, Jackson ingirió y bebió diferentes anestésicos: Valium, morfina, además de Xanas, Demerol, Oxycontin o Propofol.
“Quiero poder dormir ocho horas seguidas”, suplicaba a una enfermera que lo atendía hasta tres meses antes de su fatal deceso y a la que exigió una receta de Propofol.
La fiscalía dice que el doctor Conrad Murray -que se ha declarado inocente- inyectó a Michael la dosis letal del anestésico. “Murray es culpable de una negligencia grave que condujo directamente a la muerte del ícono del pop. La evidencia muestra que el artista, literalmente, puso su vida en manos del especialista y esa confianza fuera de lugar le costó la vida”, expresó el fiscal David Walgren.
La defensa –a cargo del abogado Ed Chernoff- argumentará en el juicio que el cantante ingirió el Propofol voluntariamente y a espaldas de su médico de cabecera. Por su parte, La Toya Jackson, la quinta de los ocho hermanos Jackson en repetidas ocasiones ha asegurado públicamente que la muerte de Michael es “una conspiración, un asesinato”.
Armar un jurado imparcial resultó una empresa muy complicada, toda vez que es casi imposible encontrar una sola persona en Estados Unidos que no tenga ya un concepto formado sobre la suerte que debe correr el médico personal del Rey del Pop –en libertad bajo fianza de 75.000 dólares- o que no conociera el caso.
Como quiera que sea, el proceso de constitución del jurado concluyó la semana pasada. En principio los potenciales miembros del jurado fue un grupo de 400 ciudadanos. De allí se efectuó una selección de 145 personas. El grupo final se conformó con 12 mujeres y hombres que, según el juez, reúnen dos requisitos: ser justos e imparciales.
Para que los jurados seleccionados no fueran ‘contagiados’ en su opinión por el mundo exterior, el abogado defensor solicitó en días pasado el aislamiento total del grupo en un hotel. La petición fue denegada por el juez, quien confía en la responsabilidad del jurado y en su capacidad de no dejarse influenciar.
¿Inocente o culpable? Condenado por la opinión pública, el doctor del Rey del Pop afronta una causa por homicidio involuntario sin la certeza de un proceso imparcial. ¡Qué ‘thriller’!
