Disfraces, calabazas y dulces por montones: miles de niños en Colombia y el mundo se están ultimando con sus familias los preparativos para la fiesta de Halloween, una celebración que tiene lugar cada 31 de octubre y cuyo origen a menudo es confundido.
En primer lugar es clave señalar que el nombre que recibe la celebración es la contracción de All Hallows Evening (Víspera del Día de Todos los Santos) que se conmemora de diferente manera en varios países del mundo.
La fiesta de Todos los Santos llegó a América, específicamente a Estados Unidos, durante el siglo XIX, gracias a los emigrantes que llegaban desde Europa. Una gran parte de ellos eran irlandeses católicos que partieron hacia Norteamérica a raíz de desatarse en torno al año 1840 una hambruna en su país. Estas personas fueron las que llevaron a Estados Unidos la fiesta de Halloween, siguiendo con la tradición de sus ancestros.
El término Halloween data de aproximadamente el año 1745. Sin embargo, su origen se remonta a varios siglos atrás, antes de Cristo. Proveniente de una tradición celta en la que se realizaban rituales diametralmente alejados de las fiestas de disfraces y dulces que conocemos.
Los celtas eran habitantes de Irlanda y Gran Bretaña que vivían en pueblos amurallados llamados castros. No se puede hablar de un Estado propiamente celta, ya que cada zona tenía su líder y, siendo los celtas un pueblo guerrero siempre había rivalidades entre ellos.
Cada 31 de octubre los pueblos celtas celebraban un antes y después en su calendario con una fiesta llamada Samhain, término que en gaélico significa "El final del verano". Así, el último día del mes de octubre marcaba el final de la época de la cosecha y del cambio de estación. De este modo, esa fecha se convirtió en la festividad pagana más importante de Europa.
Para los pueblos celtas la vida se dividía en dos etapas: una de luz (primavera y verano) y otra de oscuridad (otoño e invierno). El equinoccio de otoño era el punto de inflexión del año en el que los días se hacían más cortos y las noches más largas. Con todo ello, el Samhain se presentaba como una fiesta para decir adiós al buen tiempo.
De acuerdo con las creencias de esta comunidad, el final de octubre marcaba el tránsito de un año al siguiente y creían que la última noche del mes era un frontera entre el mundo real y el 'más allá', por lo que pensaban que los difuntos reaparecían para caminar entre los vivos. Por este motivo, realizaban rituales sagrados que tenían como principal objetivo la comunicación con los muertos-.
¿Por qué la tradición de usar un disfraz?
Pese a que hay varias versiones, una de las teorías señala que puede aludir a que para hacer los rituales los celtas se ponían trajes y máscaras para intimidar y ahuyentar a los malos espíritus.
Además, las personas creían que los muertos cobraban vida e irían en por ellas, por lo que sumado a la oscuridad en las noches invernales se llenaban de gran terror y le apostaban a ponerse prendas de más.
Con el paso de los años el temor desapareció pero la tradición de disfrazarse con máscaras o implementos que provoquen miedo se mantuvo, y lo que era considerado un día en el que se sentía miedo se convirtió en una fiesta en la que amigos y vecinos se juntaban para bailar, cantar, contar historias de muerte y fantasma, entre otras actividades.
¿En qué momento se volvió una celebración global?
Hacia la mitad del siglo XIX la fiesta de Halloween no era común en todo Estados Unidos, sin embargo, la importante presencia de irlandeses y sus tradiciones empezaron a extenderse por todo el país, rebasando los límites y extendiéndose inclusive hacia otros países.
La celebración evolucionó en la segunda mitad del siglo XIX, los estadounidenses promovieron la costumbre de disfrazarse yendo de casa en casa pidiendo comida o algo de dinero; y posteriormente fue dejada exclusivamente a los más pequeños quienes en lugar de dinero salen a recoger dulces.
La fiesta siguió cambiando, llegando a más países y atrayendo a más personas, siendo actualmente una de las celebraciones más conocidas en el mundo. Conmemorada especialmente en occidente, pero con fanáticos en cada rincón del planeta. Además, se ha convertido en un día clave para el comercio.
Según los datos de la Federación Nacional de Minoristas y la consultora Prosper Insights & Analytics, en Estados Unidos se mueven cerca de 9.100 millones de dólares durante los últimos días de octubre.
En Colombia, de acuerdo con las proyecciones de Fenalco, un 36% de los colombianos celebrará esta fiesta y se estima que gastará entre $50.000 y $100.000 en la compra de disfraces; un 20% invertirá más de $100.000, un 18% hasta $50.000, un 14% reciclará disfraces viejos y un 12% los realizará en casa.
