Cuarentena Fest es un festival de música por streaming ideado en España específicamente para suplir la necesidad de cultura durante el aislamiento declarado para prevenir el contagio de COVID-19.
En su página web tiene los horarios de 51 conciertos de bandas alternativas, que pueden llegar directamente a la casa de millones de personas en el mundo con un par de clics. Gruesas letras moradas sobre un fondo rosado anuncian la presencia de la iniciativa en Twitter e Instagram, y los conciertos se pueden seguir en la página web del festival y en los canales de Youtube de los artistas.
La iniciativa es apenas una de las miles de formas en que artistas, museos, teatros y, por su puesto, la industria del cine, está respondiendo a la creciente demanda de servicios de cultura y entretenimiento en casa en estos tiempos de COVID-19.
Los músicos han acudido en masa a los servicios de streaming mientras la industria recibe un duro golpe con la cancelación de festivales, eventos y giras. Solo en México la pérdida del sector sería de MXN 90.000 millones, indicó José Ignacio Martínez, economista y profesor del Centro de Relaciones Internacionales de la Universidad Autónoma de México (Unam). En dólares esto sería unos 3.775 millones.
En este escenario los servicios de entretenimiento por internet viven un aumento de suscripciones y visitas. Por ejemplo, la plataforma de Teatroteca, del Ministerio de Cultura y Deporte de España, ha registrado un aumento del 10% en sus suscripciones desde el 11 de marzo. La plataforma online tiene 1.595 títulos de teatro, circo y danza, y en mayo añadirá 30 nuevas obras.
El Museo del Prado también vivió un “aluvión de demanda” de tal magnitud que tuvo que pasar de dos a 10 servidores, reportó Europa Press. Otro ejemplo fue China, donde el consumo televisivo ha crecido un 42% con el aislamiento. Las empresas que ya tenían una oferta de contenido digital están viviendo un importante incremento de usuarios.
Álvaro Velandia, doctor en Comunicación Audiovisual y Publicidad y docente investigador de la Universidad Sergio Arboleda, dijo que con el coronavirus pueden llegar muchos cambios a nivel social, uno de ellos en la forma en que las personas se entretienen y se educan. “Nos estamos replanteando nuestra forma de vida y eso obviamente pasa por la tecnología y las facilidades que eso nos brinda”, le dijo Velandia a la Agencia Anadolu.
El experto además dice que los cambios digitales llegaron para quedarse. “Independientemente de la pandemia, la tecnología va a seguir avanzando. Ya nos transportamos, nos relacionamos y nos entretenemos de una forma diferente. El coronavirus puede impulsar este cambio que ya se veía desde hace años en la sociedad”, dice Velandia.
Las plataformas exitosas de streaming y creación de contenidos digitales, explica el investigador, se han dirigido completamente a conocer a sus usuarios, a medirlos, a saber qué facilidades les pueden ofrecer. “Al mismo tiempo los usuarios pueden acceder a ellas en cualquier tiempo o lugar”, dice Velandia. Por eso las plataformas de contenidos digitales pueden no solo entender los distintos intereses de sus públicos, sino también los distintos momentos de su rutina y desarrollar con agilidad contenidos que responden a esas necesidades.
En este escenario, que no es nuevo pero se ha vuelto más evidente con el coronavirus, los usuarios están más que dispuestos a pagar por el contenido digital de calidad. “Quienes estamos siempre buscando formas de ocio, de entretenimiento y de identificación a través de narrativas, hemos pagado desde hace tiempo por este tipo de contenido”, dice Velandia.
“Ahora plataformas como Netflix, HBO Go, Disney y Amazon están dando una gran cantidad de posibilidades en cuanto a contenidos y a precios mucho más económicos que antes”, añade.
Esta nueva forma de consumo estaría además fuertemente ligada a la protección ambiental. “Creo que una de las grandes reflexiones que dejará la pandemia será medioambiental y vamos a replantear nuestro consumo”, añadió Velandia.
Hacia futuro, añade el académico, las empresas deben salir de su zona de confort de la comunicación análoga para apostarle al streaming y a la digitalización de contenidos. “Muchos ya han empezado a dar pasos en esa dirección, pero lo tienen que hacer mucho más rápido”, concluye Velandia.
