Esfuerzo y colaboración: la importante labor de las universidades en época de pandemia

Mié, 15/04/2020 - 17:00
Universidades públicas y privadas se pusieron a la tarea de buscar alternativas y herramientas que ayuden a solucionar las dificultades que trae la crisis por el covid-19.

La crisis sanitaria ha impulsado a las universidades públicas y privadas a unirse en un propósito común: la lucha contra el Covid-19. 

Muchas han cambiado sus libretos, enfrentado escenarios desconocidos y, sin importar el obstáculo que impide estar cerca los unos con los otros, han sumado esfuerzos y apostado al avance de proyectos de investigación que ayuden a combatir la enfermedad.

La Universidad de Antioquia es una de las que ha dado pasos adelante en la batalla contra la pandemia. Su grupo de Inmunovirología, conformado por docentes y estudiantes de todas las edades, no se quedó quieto, dejó algunas de sus investigaciones en 'stand by' y comenzó a buscar alternativas para contribuir desde un lado distinto a superar la emergencia social.

“Teníamos que hacer algo diferente, porque gran parte de las instituciones han manifestado su interés por ayudar haciendo pruebas diagnósticas. Nos preguntamos: ‘¿qué más podemos hacer’, y empezamos a buscar otro tipo de técnicas que de alguna forma brinden información para resolver problemas teóricos y prácticos”, contó el virólogo Francisco Javier Díaz a KienyKe.com.

Después de dos semanas de trabajo, uso de recursos para otros proyectos, esfuerzo colaborativo y análisis de posibilidades, los científicos consiguieron el primer objetivo: aislar y cultivar el SARS-CoV2, el cual es el patógeno causante del Covid-19; es decir, lograron tener el virus en un tubo de ensayo.

Esto se hizo realidad después de ubicar a un paciente con diagnóstico confirmado de coronavirus que estuvo dispuesto a donar una muestra. A pesar del riesgo de alta patogenicidad, los investigadores se dirigieron al laboratorio (espacio con nivel de bioseguridad BSL3) y utilizaron tres líneas celulares para ponerlas en contacto con el virus.

“A los pocos días comenzamos a ver los cambios. Unas células empezaron a cambiar y otras a morir. En ese momento supimos que habíamos logrado algo importante”, señaló.

El avance generó emoción entre profesores y estudiantes que estuvieron al frente del proyecto, pues este se convirtió en un insumo para empezar a experimentar sobre la pandemia: posibilita ensayar sustancias desinfectantes y su efectividad para eliminar el virus.

“Las pruebas diagnósticas te dicen que la persona tiene o no tiene la enfermedad, pero no te indica cómo se puede curar. Esto nos permite analizar sustancias que tengan la capacidad de desactivar el virus en el ambiente o en las personas mismas. También se puede empezar a mirar qué medicamentos lo pueden controlar”, explicó.

Otras universidades del sector público se pusieron a la tarea de poner a funcionar alternativas y herramientas que ayuden a solucionar las dificultades que trae la pandemia.

La Universidad del Valle, por ejemplo, se ganó una convocatoria del Ministerio de la Ciencia con el proyecto SIGELO, el cual pretende hacer una “efectiva planeación y actuación ante los desplazamientos de la población y su relación con la propagación del Covid-19”.

A partir de variables sociodemográficas y socioeconómicas, el sistema SIGELO identificará el nivel de vulnerabilidad de la población que realiza desplazamientos en escenarios de riesgo, determinará los puntos de concentración de esa población y, con esa información, propondrá un modelo de gestión logística local que minimice riesgos para las personas que no están contagiadas con el virus y “por alguna condición se exponen al salir de sus casas”.

Según aseguró la institución, esta plataforma será un apoyo para las autoridades gubernamentales en el propósito de conocer particularidades de los ciudadanos durante las pandemias.

Un desafío que asumieron las U. privadas

El coronavirus también ha significado un gran reto para las instituciones de educación superior del sector privado. Alejandro Cheyne, rector de la Universidad del Rosario, contó a KienyKe.com que desde su institución, por ejemplo, se pusieron a la tarea de continuar con las clases para ver cómo desde la academia se puede contribuir a la lucha contra la enfermedad.

universidades

Cheyne aseguró que la U. del Rosario fue la primera en conseguir la autorización del Instituto Nacional de Salud (INS) para arrancar con el proceso de las pruebas diagnósticas.

Dijo que, en principio, el equipo de investigación empezó con 50 pruebas al día, que se fueron incrementando a 150 y a hoy hacen casi 300 diarias.

“Esto se debe en gran medida a que teníamos los equipos, las cabinas de bioseguridad y los reactivos. Hemos mejorado este procedimiento y muy pronto llegaremos a hacer las 500 pruebas diagnósticas diarias”, mencionó.

El rector explicó que esta labor apoya al Gobierno porque, con la ayuda de otros elementos tecnológicos, se podrá llegar a hacer en promedio más de mil pruebas al día.

“Nuestra labor colaborativa tiene un enfoque regional. Hay algunas regiones que están preparadas para hacerle frente a la pandemia pero hay otras que no. A esas son las que queremos llegar, a las que no tienen la capacidad de análisis de pruebas y condiciones económicas. Queremos atender sus necesidades”, manifestó.

Cheyne aseguró que, entre más se hagan pruebas diagnósticas y se determine quiénes tienen el virus, se puede combatir la enfermedad poniendo en práctica políticas de aislamiento en determinados grupos sociales.

La institución educativa aportó los recursos iniciales y, de la mano de empresas y donaciones hechas por personas, se ha logrado mantener los diferentes proyectos.

“Ya llegamos a una donación de más de 4 mil millones de pesos. La totalidad de ese dinero será utilizado para la compra y ampliación de la capacidad instalada para hacer más pruebas diagnóstico y para los reactivos. La universidad seguirá brindando, como un aporte al país, sus investigadores y equipos”, dijo.

Según contó, la Universidad del Rosario también trabaja en el prototipo de un ventilador para que los profesionales de la salud tengan la capacidad de atender a todos los pacientes cuando se llegue al pico más alto de contagios.

Además, indicó que uno de los trabajos más importantes que adelanta la institución es el análisis de lo que se llama “la reconstrucción de Colombia pos-coronavirus”, lo cual implica el estudio de un conjunto de medidas económicas, empresariales, sociales y jurídicas para poner en marcha un mejor país después de la pandemia.

“Los efectos negativos en los diferentes sectores requerirá del apoyo y articulación de todos los expertos y, por supuesto, no se quedarán a un lado las ideas que se pongan sobre la mesa desde las universidades”, finalizó.

Creado Por
Gabriela García Aguilar
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