
La extradición de Vladímir Polianski, un ciudadano ruso capturado en Colombia y acusado por las autoridades de su país de liderar una organización criminal dedicada al narcotráfico, ha sido aprobada de manera definitiva. Así lo confirmó la Fiscalía rusa a través de un comunicado oficial en su portal web.
Polianski es acusado de haber fundado y dirigido, desde 2008, una compleja red de tráfico de drogas que operaba entre distintos países y cuya principal área de distribución se encontraba en las ciudades rusas de Moscú y San Petersburgo, además de varias regiones cercanas.
Un narco de perfil internacional
De acuerdo con las investigaciones de la Fiscalía General de Rusia, la organización que comandaba Polianski importaba grandes cantidades de estupefacientes desde el extranjero, ocultándolos en compartimentos secretos dentro de camiones de carga. El grupo criminal utilizaba una aplicación de mensajería con funciones de autodestrucción de mensajes para coordinar sus operaciones y evitar ser detectado por las autoridades.
En 2021, tras más de una década de operaciones encubiertas, la policía rusa logró desmantelar la red. Durante los operativos, incautaron más de 131 kilogramos de drogas tanto de origen vegetal como sintético. Sin embargo, Polianski logró escapar antes de ser capturado, lo que motivó la emisión de una orden de búsqueda y captura internacional por parte de las autoridades rusas.
Arresto en Colombia y proceso de extradición
Polianski fue finalmente detenido en Colombia, aunque no se ha precisado públicamente la fecha exacta de su captura. Poco después, en agosto de 2021, el gobierno ruso presentó formalmente la solicitud de extradición a las autoridades colombianas. Aunque Bogotá aprobó inicialmente la entrega en 2022, la defensa del acusado interpuso recursos ante el Tribunal Supremo y el Ministerio de Justicia, argumentando presuntas violaciones a sus derechos.
No obstante, según la Fiscalía rusa, “gracias a la interacción organizada y estrecha con las autoridades de la República de Colombia se presentaron en un plazo breve los materiales que echaban por tierra los argumentos infundamentados de Polianski y su defensa”.
Tras años de trámites diplomáticos y judiciales, Colombia confirmó esta semana que la decisión final de extraditar a Polianski entró en vigor, allanando el camino para su entrega a las autoridades rusas.
Traslado con escala internacional
Uno de los retos logísticos en este caso fue la ausencia de vuelos directos entre Colombia y Rusia, lo que obligó a las autoridades de ambos países a buscar soluciones alternativas. Finalmente, se tradujeron todos los documentos legales al idioma turco y se estableció un acuerdo con las autoridades de Turquía para facilitar el tránsito del extraditado.
Polianski será trasladado bajo custodia de agentes del servicio penitenciario ruso y de Interpol, en una operación que involucra cooperación internacional y vigilancia especial.
Un caso con implicaciones diplomáticas
Este caso marca un nuevo capítulo en la cooperación judicial entre Colombia y Rusia, dos países que históricamente no han tenido una relación estrecha en materia de extradiciones. La entrega de Polianski refuerza el compromiso de Colombia con la lucha contra el crimen organizado y muestra la efectividad de los mecanismos internacionales en la persecución de delitos transnacionales.
Además, deja un mensaje claro sobre cómo las redes de narcotráfico, por más sofisticadas que sean, no están exentas de la acción de la justicia internacional.