
La privacidad de Shakira volvió a estar en el ojo del huracán, esta vez lejos de los escenarios y las canciones. La reconocida Clínica Delgado-Auna, en Lima, Perú, fue sancionada con una millonaria multa por haber vulnerado la confidencialidad médica de la estrella colombiana durante su paso por el país en febrero.
Según informó la Superintendencia Nacional de Salud (SuSalud), el centro médico deberá pagar 668 750 soles —casi 190 000 dólares— luego de que se comprobara la filtración de datos sensibles relacionados con la salud de la cantante, quien fue hospitalizada por un fuerte dolor abdominal que obligó a cancelar una presentación.
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Lo que parecía un incidente clínico terminó escalando a un caso nacional. SuSalud catalogó el hecho como una infracción grave, respaldada por varias normas que protegen el derecho de los pacientes a mantener en secreto su información médica. La sanción, además de económica, representa un golpe directo a la reputación de la clínica, considerada una de las más exclusivas del país.
¿Qué dice la clínica?
La Clínica Delgado no tardó en responder. A través de un comunicado, aseguró que apelará la decisión y que el caso todavía está en trámite ante el Tribunal de SuSalud. También insistió en su compromiso con la confidencialidad de sus pacientes y el cumplimiento de la ley. Sin embargo, el daño mediático ya está hecho.
Más allá del nombre de Shakira, este caso se ha convertido en un ejemplo de cómo incluso las figuras más protegidas pueden ser vulneradas cuando no existen protocolos sólidos de privacidad.
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El escándalo no solo expone a la clínica, sino que ha puesto a temblar a otras instituciones del sector salud. ¿Se vienen más investigaciones? ¿Habrá consecuencias legales para quienes filtraron la información?
Mientras la apelación avanza, se espera que el caso impulse una revisión profunda de los protocolos internos en hospitales y clínicas del país. También se estudian posibles sanciones penales para quienes rompieron la confidencialidad médica.