Muchos colombianos que vivimos en Bogotá, que nos sentimos afligidos cuando esta ciudad sufre, que tratamos de aportar para sacar del abismo cultural a esta ciudad, hoy como hace cuatro años nos sentimos decepcionados con la democracia, con la ignorancia capitalina y con la indiferencia general.
Hace más de ocho años surgió un fenómeno amarillo electoral en la capital, en donde las personas con deseo de una inclusión social le dijeron no a la cultura y a la oportunidad, y empezaron a votar por un pedazo de pan, un pedazo de pan que los alimentaba diariamente y el cual no podían soltar, miseria, falta de educación, desempleo, desorganización eran factores que no se miraban el hambre podía más.
Luego con la fiebre amarilla decidieron darle oportunidad a las mentiras, a la politiquería, a la corrupción, eligieron a sami y a su hermanito para que los gobernara con ansias de metro, puentes, comedores, colegios, autopistas, pero sin jamás llegar a preguntarse cómo se iba a lograr; hoy cuatro años después muchos arrepentidos con la cabeza agacha salieron a votar, era la oportunidad de reivindicarse con Bogotá con el cambio, pero decidieron reelegir la corrupción, el estancamiento y el fracaso de políticas basura sin aplicación.
Al parecer el fenómeno electoral en esta ciudad es impredecible, aquí nuestro futuro lo dejamos al azar, somos avaros y mediocres, elegimos al que mejor nos sirva por un rato, elegimos por un puesto, por no perder una trayectoria política, los izquierdistas en este país critican las políticas de corrupción electoral sin embargo te invitan a un tamal, aquí se ufanan de pulcritud sin embargo te ofrecen puestos y contratos, esa es la verdadera cara de ellos; la única conclusión que podemos sacar de esto es que vivimos con indiferencia frente a todos nuestros problemas, hoy tenia sentimientos encontrados, quería que ganara Enrique, Gina o Galán, pero por otro lado quería que ganara Petro, para ver si por fin aprendemos que la política no se trata de elegir a quien nos pinte nubes de colores, para entender que la politiquería en una democracia es destructiva, que necesitamos estadistas, economistas, politólogos, sociólogos que sean técnicos administradores, no que sean oradores.
Solo quiero decir que a partir de hoy me dejo de preocupar por Bogotá, esta ciudad hermosa, va a tener un ciudadano más con indiferencia, ya lo digo de forma clara me importa un bledo lo que pase acá, buena es la frase que dice “el pueblo tiene los gobernantes que se merece” y esta ciudad al parecer se ha merecido lo peor durante ocho años y se va a seguir mereciendo lo peor por cuatro años; mi candidato fue Peñalosa, pero creo que pierde más Bogotá que él, simplemente es una derrota más de las que ya está acostumbrado y el seguirá asesorando ciudades como Nueva York, ojala y deje este país y aprenda que aquí queremos politiquería, fracaso y corrupción.
Blog:Locura Colombiana
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