Es bien conocido para todos los usuarios de la empresa de telecomunicaciones CLARO (TELMEX S.A. y COMCEL S.A) su ineficiencia en todos los sentidos, desde la mala calidad de sus servicios hasta los abusos contra sus usuarios y su competencia.
Hace poco fui víctima de otra desfachatez de este gigante de las telecomunicaciones, que como si fuera poco prefiere gastar millones de dólares en lobistas ante el Congreso de la República y la Superintendencia para evadir sanciones y millonarias multas, antes de mejorar su infraestructura para evitar denuncias en su contra.
Recientemente me comuniqué con la línea de servicio al cliente de este operador para solicitar el traslado de un servicio fijo de internet y televisión. Oportunamente fui atendido por una operadora quien al verificar la cobertura de la red de la empresa hacia el sitio donde estaba solicitando el traslado, se determinó que no existía ante lo cual le solicité alternativas y me dijo que no había ninguna excepto la sesión de mi contrato a un tercero, claramente le dije que no tenía a quien cederle el contrato a lo cual la operadora insistió: “Entonces busque a alguien, dígale a alguno de sus vecinos o a alguien que conozca para que le seda el contrato”.
Le reiteré que no conocía a nadie, ella tuvo la desfachatez de decirme: “tóquele la puerta a sus vecinos y pregúnteles uno por uno”, a esta altura de la conversación ya me empecé a enfadar y le recriminé: “¿acaso soy vendedor de claro para ponerme a hacer un puerta a puerta a ver quién quiere contratar sus servicios?”.
Ante mi tono de enfado la operadora recurrió a la siguiente estrategia, comunicarme con otra área, después de una larga espera de ocho minutos, un nuevo operador, esta vez un hombre, atendió mi llamada para llegar a la misma discusión, debía buscar a quien cederle el contrato, mi enfado aumento en este punto y comencé a grabar la llamada con otro celular, porque ya era el colmo del descaro como esta empresa entrena a los call-center para que de ninguna forma dejen cancelar un servicio. Advertí al operador que estaba grabando la llamada y si no terminaba mi contrato, como debía ser, llevaría el caso a la superintendencia, de nuevo me remitió al área encargada y después de una espera de diez minutos escuchando publicidad de CLARO por el auricular, la llamada se cortó.
Calcúlese el nivel de enfado cuando debí llamar de nuevo para ser atendido por una nueva operadora a quien le tuve que echar la misma historia para recibir la misma respuesta: “busque a alguien para cederle el contrato”, otra vez comenzó el calvario de remitirme al “área encargada” pero esta vez y después de quince minutos, sí logré llegar a dicha área, donde también me dijeron el mantra: “busque a alguien para cederle el contrato”, ante mi negativa, enojo y advertencia de llevar el caso a la superintendencia, procedieron a anular el contrato no sin antes solicitarme unas cinco veces que permaneciera en línea durante intervalos de cinco minutos aproximadamente.
Al final de la llamada el operador me dictó un numero de radicado con lo cual creí que finalmente me había liberado del karma de CLARO después de estar en este suplicio una hora y media.
¡Oh! Sorpresa cuando al mes siguiente llegó una nueva factura del servicio que supuestamente ya había sido cancelado, situación ante la cual me comunique de inmediato con la empresa y con mi número de radicado hice la reclamación, me dijeron que hiciera caso omiso de la factura pues el servicio ya había sido cancelado, sin mucha confianza termine la llamada.
Veinte días después recibí una llamada en la que una grabación me solicitaba cancelar mi factura pendiente so-pena ser reportado en las centrales de riesgo. Finalmente, y ante senda amenaza decidí cancelar la factura de unos servicios que jamás utilicé y ya estaban cancelados. Después no llegarían más facturas y en efecto el servicio sería cancelado, pero esta vivencia demuestra, entre otras cosas, que los abusos de operadores como CLARO, contra sus usuarios persiste y además, demuestra como una empresa que ha contratado los servicios de las centrales de riesgo, pueden utilizarlas como instrumento de chantaje ante sus clientes para hacerlos pagar cobros injustificados o ilegales.
Las empresas de telecomunicaciones, las EPS y el sistema financiero; son tres sectores que hacen lo que les da la gana en este país con sus usuarios, pero su monumental lobbismo las hace intocables, supralegales.
Claro me hizo su vendedor
Sáb, 27/05/2017 - 06:14
Es bien conocido para todos los usuarios de la empresa de telecomunicaciones CLARO (TELMEX S.A. y COMCEL S.A) su ineficiencia en todos los sentidos, desde la mala calidad de sus servicios hasta los ab