Debo confesar que poco me llama la atención esto de los restaurantes de comida saludable pero por cosas de la vida, de mi profesión y de mi labor como crítico gastronómico, aterricé en esta tendencia para conocerla, explorarla, sentirla, probarla y por supuesto criticarla.
Empresarios, actores, presentadores y profesionales de la industria gastronómica le apostaron a la actual “tendencia” de preparar comida saludable. Siendo víctima de un don llamado sinceridad, les cuento que es la única tendencia gastronómica donde lo hoy insípido tiene muchos seguidores.
Comencemos…
“Comida Sana” o comida saludable, llámela como sea, pero los vegetarianos, veganos y demás personas no deben dictarle este nombre a todo lo que no lleva carne. Lo sano debe estar en su preparación, procesos, materias primas, maduración y frescura cuando se trata de legumbres pero no es sensato estigmatizar a la carne en general. Aquí comenzó mi interés por hacer esta crítica.
En mí teoría, todo podría ser saludable siempre y cuando no hayan excesos. Pero sabemos que no es así y menos ante los ojos de quienes se privan de probar, por ejemplo: ¡Una punta de anca de esas que están adornadas por un sublime 'gordito' lateral repleto de grasa que logra desprender el más prolongado de los suspiros con tan solo imaginarlo en la parrilla!
Lo no saludable comienza cuando ese 'gordito' es ingerido con rigurosa y asidua frecuencia. Por otro lado, no conozco a nadie que suspire de la emoción de pensar en comerse una lechuga pero siempre he dicho que este tema de gustos, sabores y “suspiros” es subjetivo.
Existe una delgada línea entre la simplicidad y la insipidez en la gastronomía. Hay platos simples llenos de sabores y ahí es donde debe haber un próximo nivel en la comida sana. Visité varios restaurantes esperando que me sorprendieran pero no encontré nada que resaltar. Solo un lugar tuvo mi atención. Es extraño encontrar en una carta una unanimidad en la sensación de sabores. (No espero que hayan entendido eso, ya les explico).
Si bien es de mi interés visitar restaurantes “reconocidos” para ver su propuesta gastronómica, también me gusta darle paso a aquello que está escondido. Me gusta probar de todo un poco, cuando hablo de estos temas, considero necesario hacerlo.
Pueden explorar platos sencillos, muy bien preparados y acertados en el Restaurante ZOE Cocina de Mercado, pueden experimentar un poco novedoso Go Green o pueden conocer un osado y valiente Restaurante Pecaminosas. Una sopa de tomate ácida, fuerte, liberó todos los sabores de sus ingredientes para luego prevenir el paladar para un segundo bocado que no necesitó ningún tipo de disfraz para presentar su imponente sensación.
Sabores elevados a su máxima expresión, sabores atrevidos, eso es lo que se necesita para despertar paladares y no convertir la tendencia de comer saludable en una pobre preparación con exceso de ajo, cilantro y sal. Le falta mucho camino por recorrer a este tipo de restaurantes sin encasillar su nombre en lo básico.
Volveré a degustar este tipo de platos, considero que falta mucho por explorar.
¡Buen provecho!
Santiago D. Otero
Crítico Gastronómico
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